Dúplica final a un señor de Pola de Siero (sobre los toros)
Este caballero, cuyas opiniones obviamente respeto, al que no nombro en este escrito porque, al parecer, se siente ofendido por el hecho de que lo mencione en una respuesta a una carta publicada por él mismo con su nombre y apellidos, al final no entra a debatir nada en su réplica, lo cual me parece una verdadera lástima, pero a la vez una prueba de que, cuando se carece de argumentos, la solución pasa simplemente por decir que los oponentes son unos "subvencionados" y que quien responde explicando detalladamente su opinión es poco discreto.
Al contrario de lo que piensa esta persona, la discreción es el pilar de mi comportamiento habitual y cuando debato las opiniones ajenas intento siempre hacerlo con educación y respeto.
Si envié una respuesta al periódico sobre el tema de "toros sí o toros no", fue con el ánimo de confrontar y debatir, nunca de atacar personalmente a nadie. El mencionar a alguien en el título de una carta es un mero recurso para identificar claramente el escrito al que se pretende replicar, nunca una estratagema para poner a alguien "en la picota". De todas formas, si quien publica una carta en el diario no está dispuesto a admitir opiniones contrarias, quizá debería abstenerse de enviar nada a la prensa, por lo que pudiera pasar. Punto y final.
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