Un pueblo pequeño que hace cosas grandes
Grandas de Salime es la antesala del Paraíso. Según vienes de Galicia. Mis vecinos tienen la sana costumbre de organizar cosas. Son muy activos en lo que se refiere a las actividades sociales. Eso es muy de agradecer cuando vives en una de las zonas más aisladas de Asturias. ¿Sabían ustedes que Grandas de Salime es la capital de municipio desde la que se tarda más tiempo en llegar a Oviedo? No es importante, lo sé, tómenlo como una nota marginal.
Lo que quería contarles, que para eso he venido después de tantos años a esta sección, es el evento del pasado día 16 de agosto. Resulta que la Asociación de Amigos del Museo Etnográfico de Grandas de Salime “Pepe El Ferreiro” organizó la III Jornada de Recreación de Oficios y Vida Cotidiana. Que se salió de lo cotidiano.
Ver pasearse por el museo al cartero repartiendo esperanza, a la Guardia Civil imponiendo
autoridad o a la maestra impartiendo cultura a los más pequeños fue algo maravilloso. Ver a los visitantes del museo, incluso a los rudos moteros, disfrutar con las representaciones, con el pincheo, con os fillolos, echar un trago de vino… fue todo un honor. No solo lo digo como hijo de Pepe el Ferreiro, al fin y al cabo eso es algo circunstancial, más bien lo que me enorgullece es pertenecer a una comunidad que, en su mayor parte, da por superadas las dificultades de convivencia que en otros tiempos nos asaltaron.
Me enorgullece pertenecer a un pueblo pequeño que hace cosas grandes. Me satisface vivir en un lugar que se resiste a perecer fagocitado por la nadería más absoluta. Y me causa gran placer ver cómo mis vecinos y vecinas se involucran con el museo y con las actividades de la Asociación de Amigos.
Así que, gracias señoras, primero a ustedes, claro que sí. Porque las paisanas, las señoras, las abuelas, las madres son las guardianas de la cohesión, las que preservan la cordura, las que mantienen esta sociedad rural con su trabajo, su tesón y su presencia. Y gracias también a vosotros, paisanos. La fuerza del campo, la resiliencia, el sufrimiento y el apego a la tierra se hace patente cuando apretáis los puños en silencio.
¿Y la muchachada? Toda esa chavalería de diferentes tamaños, ajenos a las grandes cuitas de sus ancestros pero insertándose, con eventos como este, en los grandes fastos que la vida les va a deparar.
A todos los socios y socias de la Asociación de Amigos del Museo Etnográfico de Grandas de Salime “Pepe El Ferreiro”, gracias. Mil gracias por conservar la fuerza después de tantos años.
Mil gracias por mantener esa ilusión. Gracias por ser y por estar.
A la abnegada fuerza laboral del museo, desde la dirección hasta el servicio de limpieza,
reverencias, que gracias es poco. Mantener el espíritu de lo que El Ferreiro quería para este museo no es sencillo, pero vosotros lo habéis conseguido. Gracias.
A todos los “animadores socioculturales”, a los que invitaron al cura impostado, a los que nos rieron las gracias, a los que nos animaron con su risa, a los peregrinos que pasaban, a los del veraneo, a los motoristas de dedicada entrega, a los que merecéis un abrazo… gracias.
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