Recordemos
Principios de agosto de 2003. No recuerdo bien la fecha, sí sé que era un jueves y acababa de regresar de vacaciones. Acompañado de José Delgado, otro corazón azul desde niño, nos acercamos al nuevo Tartiere porque sabíamos que allí 14 chicos y un pequeño cuerpo técnico estaban entrenando.
El panorama era desolador: las puertas del estadio abiertas; el césped, descuidado, sin redes en las porterías. Los asientos, arrancados y creo que no había agua en los vestuarios. Sentí impotencia, rabia y decepción con todo el proceso que nos había llevado a esa situación.
Deportivamente descendimos una categoría, sí, pero creo que hubo estamentos y personas (no creo que haga falta recordarlas) que se lanzaron sobre el Real Oviedo poniéndolo como chivo expiatorio de los problemas económicos de las SAD en aquella época. Todos pensaron en su desaparición.
Cinco minutos en silencio viendo a aquellos chavales entrenar bastaron para girarme y decirle a José, mi amigo: "No vamos a desaparecer, no van a poder con nosotros, con nuestra historia ni con la pasión por nuestros colores y escudo. Vamos a jugar en Tercera, aunque sea con 14 chavales''.
Aquel día y los siguientes no se me olvidarán porque, aunque deportivamente ya había una base, administrativamente el horizonte era muy oscuro. Cada paso que se intentaba suponía un obstáculo por parte de los estamentos e instituciones políticas y deportivas, sin ofrecer alternativas o posibles soluciones para la continuidad del Real Oviedo. Pienso que es en los momentos de dificultades cuando las instituciones, organismos, asociaciones y políticos deben aportar soluciones o por lo menos ofrecerse a colaborar en encontrar alguna solución.
En fin, ahora que hemos vuelto después de tantas temporadas superando las zancadillas de este largo camino, mi deseo es que cada oviedista haga lo que esté en su mano para que el Oviedo no vuelva a caer. Pero también deseo que no olvidemos de dónde venimos. Porque si nos vuelve a ocurrir, que todo el mundo lo sepa: aquí estaremos. Siempre Real Oviedo.
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