Las piscinas de Oviedo, Sr. alcalde
Antes de exponer el motivo de esta carta, quiero recalcar, una vez más (correos al Alcalde y expuesto a los policías locales cuando se dignan a aparecer en el barrio de Ciudad Naranco), detalles y peticiones que pretenden mejorar la seguridad vial en el barrio, especialmente la bajada de la Calle Nicolás Soria y el giro prohibido en la salida del túnel hacia el barrio, a Monte Auseva. Creo, no obstante, que será mejor documentarlo con fotos y vídeos de manera que la responsabilidad política pueda crear jurisprudencia en caso de percance, previas notificaciones de un problema, no aportando solución, habilita dejadez en la gestión. ¡Consúltelo, Sr. Alcalde!
Me centro las piscinas en el municipio, que es el motivo de esta queja. Como usuario de las diferentes piscinas, según el día, voy generando diálogos en familias y usuarios, armonizando confianza y corriente de opinión, muy interesantes, con diversos objetivos y adhesiones de 150 familias intercomunicadas, conscientemente, vía WhatsApp. Las piscinas es tema estrella a una ordenanza incoherente, irracional e incomprensible en su apertura un 15 de junio y cierre el 31 de agosto, que, inevitablemente, el equipo de gobierno determina que las vacaciones "piscineras" terminan por normativa municipal. Los comentarios y argumentos van desde atrevidos, irónicos, certeros, pero todos concluyen con enfado severo.
Naturalmente la responsabilidad recae en el equipo de gobierno, y convenimos en la inoperancia e ineficiencia política del socialismo en el Ayuntamiento, con un comunismo, al ser pecados sin base cultural e intelectual, por tanto vulgar, no les interesará políticamente.
Al hilo de las piscinas, el vaso, con el uso diario, va acumulando materia que vale más estar en la ignorancia que descubrir sus moléculas.
Sobre el personal, agradecer su atención y disposición, apenándonos cuando las socorristas -repito, las- intentan poner orden para que no salten ni chisquen, al menos cuando hay muchas personas en el agua, que nos vamos arrinconando para evitar problemas. En alguna ocasión hemos tenido que mediar ante la falta, mofa y ni caso de los chavales. Explicamos a las propias profesionales que son autoridad, pero se sienten impotentes y a alguna la hemos visto llorar. ¿Tiene algo que decir el concejal/a ante esta situación concreta?
Como el verano de los políticos, en este municipio, termina el 31 de agosto nada harán. Lejano el 2026 pensarán que todos nos olvidaremos, pero le aseguro, Sr. Alcalde, como expliqué al principio de esta carta, los objetivos son varios. Termino con la exclamación ¡No nos olvidaremos y gracias por Ciudad Naranco!
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