Real Oviedo: Orgullosos, plantando cara ante el Real Madrid
Queridos oviedistas: ¡cuánto sufrimiento cuando caímos a aquella maldita Tercera División! Lágrimas, desasosiego, demasiado barro y lodo… pero de esa etapa dura nació lo mejor: nuestra afición. Una hinchada única, campeona en fidelidad, que ha hecho del Real Oviedo un club querido y respetado en toda España.
De aquella travesía por el desierto salimos reforzados. Tras 24 largos años volvemos a Primera División, con esfuerzo, orgullo y mucho sufrimiento. Como dice la canción del centenario de Melendi: “Siempre hemos estado ahí, siempre luchando contigo”. Así seguiremos, convencidos de que juntos lograremos el objetivo más inmediato: la permanencia.
No debemos perder el ánimo. Como bien afirma Costas, nuestro gran defensa, “quien no crea en la permanencia, mejor que no vea más partidos del Oviedo”. Con Paunovic a los mandos y unos refuerzos que aportarán calidad, este equipo crecerá, será competitivo y dará muchas alegrías.
El arranque liguero, aunque duro, invita al optimismo. En Villarreal, pese a jugar con diez desde el minuto 27 por una rigurosa expulsión a Reina, el equipo aguantó con valentía. Una defensa sólida y un gran Escandell permitieron llegar al descanso solo con dos goles en contra. La segunda parte fue un ejercicio de orgullo y resistencia: el Oviedo no encajó más y hasta dispuso de un penalti que pudo cambiar el signo del encuentro. No es poca cosa contener a un rival de Champions en La Cerámica en inferioridad numérica.
El 24 de agosto llegó el estreno en casa ante el Real Madrid. La primera parte fue muy digna, conteniendo las embestidas blancas hasta que Mbappé abrió el marcador en el minuto 37 en una acción polémica que muchos vimos como falta previa. El Tartiere entero pidió revisión en el VAR, pero la jugada quedó sin corregirse. En la segunda parte el Oviedo se soltó, dominó por momentos y tuvo ocasiones claras para empatar. Solo la pegada final del Madrid, con otro tanto de Mbappé y uno más de Vinicius en el descuento, cerró un 0-3 que no refleja lo visto en el campo.
El resultado es engañoso, pero el mensaje es claro: este Oviedo tiene carácter, compite contra cualquiera y transmite ilusión. Mantengamos la moral alta: las grandes emociones están por llegar.
Con todo mi cariño, muchas gracias a los lectores.
Tosa Merodio
Oviedo
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