Reconocimiento a la enfermería de salud mental asturiana
El 1 de septiembre se celebra el Día Internacional de la Enfermería de Salud Mental, una fecha significativa para reconocer la dedicación, profesionalidad y compromiso de un colectivo que desempeña un papel crucial en la atención a personas con trastorno mental y en la defensa de una salud mental digna, cercana y humanizada.
Sin embargo, como ciudadana no puedo evitar manifestar mi sorpresa y decepción al comprobar que desde la Consejería de Salud no se ha hecho hoy mención pública, ni gesto alguno de reconocimiento hacia estas/os profesionales, cuya labor es esencial en un momento en el que la salud mental debería estar entre las máximas prioridades del sistema sanitario.
Resulta especialmente llamativo que, habiéndose constituido una Mesa del Foro de Salud Mental, en la que supuestamente se busca dar voz y visibilidad a los distintos agentes implicados, no se haya aprovechado este día para al menos lanzar un mensaje de apoyo, visibilización y gratitud hacia la enfermería especializada en salud mental.
Desde aquí quiero felicitar a todas las enfermeras y enfermeros de salud mental que, muchas veces en silencio y con escaso reconocimiento institucional, sostienen el bienestar de tantas personas y familias. Su trabajo merece no solo respeto, sino también visibilidad y respaldo político claro.
Ojalá este olvido sea puntual y no estructural. Porque cuidar de la salud mental también implica cuidar de quienes la cuidan.
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