8 de septiembre, día del cooperante ¡Gracias por tanto!
Cada año, miles de españoles anónimos viajan a las zonas más desfavorecidas del planeta para llevar a cabo trabajos invisibles y poco reconocidos. Participando como hormiguitas en proyectos de cooperación para el desarrollo en: salud, educación, saneamiento, agua, promoción de las mujeres, discapacidad y emergencias.
En zonas inhóspitas, donde no llega ni el Estado, ni las empresas, están las ONGD, o la Iglesia. Su presencia tiene un impacto positivo y multiplicador en las comunidades receptivas. Ayudando, y con una sonrisa. Llevando esperanza a donde pareciera que su labor son solo gotitas en la mar... pero, ¡transforman vidas!
Quiero decir bien alto ¡Gracias! y reclamar un mayor reconocimiento. Ello implica que se contemple como enfermedad profesional aquellas contraídas en las zonas de proyectos, la creación de un régimen especial para cooperantes en la Seguridad Social y un tratamiento fiscal apropiado para la realización de trabajos en el exterior.
En un mundo donde la corrupción y el individualismo parecen imponerse, los cooperantes nos recuerdan con su entrega que la solidaridad es el camino. Como dijo la Madre Teresa de Calcuta: "A veces sentimos que lo que hacemos es tan solo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltase esa gota".
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