Sindicatos acomodados: jornada laboral
Huele a vagancia a retorcer, da vergüenza ajena.
Si Nicolás Redondo y Marcelino Camacho vieran a estos dos líderes sindicales comiendo de la mano del poder, los sacarían a patadas del sindicato.
El sindicalismo que se acomoda pierde su razón de ser.
No se trata únicamente de la jornada laboral -aunque también importe-, sino de algo más profundo: la necesidad de empleo estable y salarios dignos. Porque el tiempo libre solo tiene sentido cuando se acompaña de recursos que permitan vivir con tranquilidad.
¿Qué significa reducir horas de trabajo si la mayoría de la gente sigue atrapada en contratos precarios o con sueldos que apenas alcanzan para sobrevivir? El ocio, la cultura, el descanso o el simple hecho de planificar un futuro requieren una base material sólida. Sin esa seguridad, el tiempo libre se convierte en una paradoja: más horas para preocuparse, menos fuerzas para disfrutar.
La verdadera libertad no está solo en disponer de tiempo, sino en contar con los medios para aprovecharlo. De lo contrario, ¿qué nos queda? Tal vez, como ironía, mirar la Luna.
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo

