Carta de un adolescente en el Día Mundial para la Prevención del Suicidio
El 10 de septiembre se celebró el Día Mundial para la Prevención del Suicidio, ninguna campaña, programa o protocolo tendría sentido sin dos fundamentos esenciales: la empatía y la solidaridad
Debemos de escuchar más allá de las palabras, leer los silencios, interpretar los gestos, y responder con sensibilidad real
Hoy quiero compartir con vosotros el testimonio de un adolescente asturiano.
Es una llamada a la acción.
Es una invitación a escuchar sin prejuicios, a acompañar sin prisa, a ser el apoyo que cada joven necesita para encontrar esperanza.
Hoy quiero escribirles desde un lugar real, sin máscaras ni filtros. No hablo solo por mí, sino por muchos adolescentes que a veces nos sentimos perdidos, abrumados o simplemente vacíos, aunque por fuera parezcamos "normales".
No siempre sabemos cómo decir lo que sentimos.
A veces hablamos con silencio, con cambios de ánimo, con actitudes que ni nosotros mismos entendemos. Y cuando buscamos ayuda, muchas veces recibimos respuestas como "es solo una etapa", "tienes que ser fuerte", o simplemente un "estás exagerando".
Pero lo que necesitamos no es que nos juzguen, necesitamos que nos escuchen. Que estén ahí.
Muchos de nosotros estamos luchando con una mezcla de presión, ansiedad, soledad y tristeza.
Nos exigimos demasiado.
Ustedes también lo hacen. Y aunque entendemos que quieren lo mejor para nosotros, a veces sentimos que no podemos fallar.
No estamos pidiendo que nos resuelvan la vida. Solo pedimos que nos tomen en serio. Que nos pregunten "¿cómo estás?" y realmente quieran saber la respuesta. Que nos abracen sin apurarnos. Que no nos comparen. Que no nos ignoren solo porque ustedes ya "pasaron por eso".
Este 10 de septiembre, no queremos que sea un día más con un lazo amarillo y un cartel en redes sociales. Queremos que cambie algo de verdad. Queremos adultos que estén presentes, emocionalmente.
Porque prevenir el suicidio no empieza el día que alguien está en crisis. Empieza mucho antes. Empieza en la forma en que nos miran, en si nos hacen sentir importantes, en si nos ayudan a construir un espacio donde podamos ser nosotros mismos sin miedo.
Queremos vivir, sí. Pero queremos vivir sintiendo que vale la pena.
Gracias por leernos. Gracias por escucharnos.
Con esperanza, un adolescente que todavía está aprendiendo a sostenerse, pero que no quiere hacerlo solo.
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo

