Política y deporte
Asisto estos días a un nuevo dilema (poco ético, a mi entender) que reclama la separación de política y deporte. Casi siempre estuvieron unidos, por cierto (veánse o recuérdense paradas seudomilitares en espacios comunes en todo tiempo y lugar), pero obviemos tal consideración por evitar nuevas confrontaciones estériles.
Ya que hay gentes que reclaman la independencia sagrada entre ambas (no encontramos otro adjetivo que carezca de connotaciones religiosas; lo sentimos), y por aportar una solución a tal contingencia, proponemos elevar a categoría olímpica una nueva modalidad de deporte: tiro al niño, tiro a la mujer (a dirimir cómo), a ser posible hambrientos y/o desarmados.
De tal guisa nadie podría argumentar nada en contra de la participación de ciertos equipos de países (ya especialistas precoces en tal modalidad) en diversas competiciones deportivas. Ellos jugarían con ventaja (tendríamos que ponernos las pilas si quisiésemos lograr medallas o reconocimiento), pero de ese modo podríamos asistir tranquilos y disfrutar de cualquier final deportiva, enfrentase a quien enfrentase, con un buen vino en la mano y sonrisa beatíficamente satisfecha.
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo

