Realidad educativa
La situación de la realidad educativa escolar, ahora mismo, es realmente desoladora y preocupante, a su vez. Por un lado, largas listas de interinos a los que en gran parte no llegan a llamar, mientras que muchas aulas, cuando carecen de maestros, o bien no son sustituidos o se tarda mucho tiempo en cubrirse tales ausencias.
Piensa uno que el mundo de la educación es un asunto demasiado serio como para que no se tomen medidas oportunas, ya que supone uno de los pilares del porvenir de nuestra sociedad. Por lo tanto, se supone que es donde más presupuestos deberían invertirse; y que cuando fuese necesario suplir una carencia de maestros, de forma inmediata se hiciese, y no se optase por aglomeraciones de alumnos de cualquier manera, no llegando ni a impartirse la enseñanza obligatoria en las debidas condiciones o bien no se impartan. Lo que por un lado perjudica a la calidad de la enseñanza, y por otro a los maestros que están esperando para ser llamados a trabajar. Además de no poder atenderse las necesidades de los alumnos debidamente al no haber maestros, y con el exceso de pupilos, se impide proporcionar una enseñanza personalizada, de acuerdo con los ritmos, formas de aprender, capacidades o problemas que pudieran surgir con cada alumno y en cada momento. Perjudica todo esto a la labor y vida docente y del alumno. Más comprensible puede ser que no se convoquen oposiciones en Asturias durante este año ya que, como ya se sabe, apenas serán convocadas en las regiones que no tienen lengua propia, lo que propiciaría, con una escasa de oferta de empleo público aquí, el que hubiera una masificación de opositores de uno y otro lados que resultaría muy desfavorable para la mayoría de los que estamos esperando desde hace tiempo, trabajar en la región como docentes.
David Piquero Soto, Langreo
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