21 de septiembre, Día Mundial del Alzhéimer
Recordar este día 21 de septiembre de 2025, por ser el Día Mundial del Alzhéimer, se merece una atención especial. “Recordar” nos trae nostalgia, acerca a seres queridos, enseña a valorar nuestra vida y proporciona sentimiento de pertenencia a una familia, grupo, o entorno cercano. En definitiva, este concepto nos otorga la verdadera identidad de quiénes somos, de dónde venimos y hacia dónde vamos.
Avanzar en esta reflexión implica mencionar a la persona que centró gran parte de su carrera profesional en entender mejor la mente humana, Alois Alzheimer, nacido en 1864 en Baviera, neurólogo y psiquiatra alemán, quien identificó por primera vez la neuropatología, que se conocería como enfermedad de Alzheimer.
Su extensa formación e implicación para encontrar respuestas sobre el funcionamiento del cerebro le llevó a realizar estudios y encontrar hallazgos en sus investigaciones sobre las demencias y su relación con causas orgánicas, ayudando a crear las bases sobre la enfermedad que hoy lleva su nombre.
Comprender las enfermedades mentales y neurodegenerativas es otro legado que ha dejado Alois Alzheimer, quien, tras su prematuro fallecimiento -51 años-, no llegó a darse cuenta del gran alcance que tuvieron sus descubrimientos, con una de las enfermedades mentales de mayor prevalencia a nivel mundial.
Quisiera, con este artículo, mostrar cómo pueden sentirse las personas que padecen esta enfermedad en su día a día, dirigiendo el foco a pensar: ¿qué ocurre en la mente de las personas afectadas y su entorno?... ¿Qué ocurre en nuestra mente cuando nuestros recuerdos parecen desvanecerse o comienzan a ir y venir a destiempo, con relación al tiempo, que están viviendo los demás? ¿Qué sucede en nuestra mente cuando los conceptos que nos guían desaparecen y nos cuesta identificar objetos ahora desconocidos?, ¿cuando hacer gestiones o planificar cualquier evento… se convierte en un reto diario difícil de resolver?
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¿Qué pasa en nuestra mente, cuando el humor cambia bruscamente, los silencios permanecen o no se acierta con las palabras?, ¿cuando las conversaciones se convierten en jeroglíficos imposibles de descifrar…? La familia o amigos… son ahora extraños, y aunque resulten cercanos, saber cómo se llaman o su parentesco se convierte en un misterio.
¡Qué decir!, dónde vivo… ¡Esta no es mi casa!...
Destacar que conocer la enfermedad y entenderla es clave para poder dar el apoyo y cuidados que las personas que la padecen precisan en cada momento, pues todos los que sufren esta enfermedad tienen signos comunes, pero no existen dos casos iguales.
Los cuidados de una persona con alzhéimer se extienden a todos los ámbitos de su vida, pues de forma progresiva pierden autonomía para realizar las tareas de la vida cotidiana desde las más básicas a las más instrumentales: aseo personal, vestido, alimento, medicación, gestiones, accesibilidad, relación social, organización, planificación o resolución…Por tanto, la atención de estos pacientes con capacidades cognitivas y físicas mermadas afecta directamente a todo su entorno familiar a nivel físico y emocional. La persona que cuida siente como cada día pierde de alguna manera a su ser querido, teniendo que desarrollar habilidades de afrontamiento, aceptación y superación… que requieren una fortaleza extraordinaria.
Los cuidados varían en función del momento de la enfermedad, yendo de una atención inicial de horas a una integral sostenida en el tiempo. Siendo necesario el uso de recursos sociosanitarios con un equipo interdisciplinar que ayude a sobrellevar dicho cuidado -físico y emocional- de afectados y de sus familiares, dando apoyo a toda la unidad convivencial.
Quisiera terminar agradeciendo a la Asociación Mujeres de Empresa la oportunidad que me brinda para dar visibilidad al alzhéimer y difundir valores de ayuda y empatía. Nuestra asociación está muy implicada con la salud física y emocional, lo que se ha convertido en su seña de identidad.
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