El castillo-convento-palacio templario y la ciudad de Tomar, en Portugal
La luminosa, bella y animada región de Ribatejo, “ribera del Tejo”, se articula alrededor del río principal que le da nombre, al que además se le incorpora, en Constância, su principal afluente, el Zézere, que ha recorrido doscientos kilómetros de amplia cuenca bajando desde la Serra de Estrela, a través de los paisajes y poblaciones de la Beira. Y este río Zézere, a su vez aumenta sus aguas con la del Nabão, que se le une por su orilla derecha, después de haber pasado por la histórica y preciosa ciudad de Tomar, que Gualdim Pais (1118-1197), el Gran Maestre de los Templarios, fundó tras construir su castillo, en 1160.
Hoy Tomar es una ciudad de unos cuarenta mil habitantes, amable, luminosa, cuidada y muy bonita. Tranquila, apacible muy provinciana, aunque se le ven turistas, no abundan, la inmensa mayoría se quedan en el castillo- monasterio de los Templarios. En ese edificio tan cargado de magnetismo histórico, cultural y nacional ocurrieron muchas cosas trascendentes para Portugal. Y se nota. Allí, tras la disolución papal de lo Templarios, se asentaron los miembros de una nueve institución, la Orden Militar de Cristo, que fue llevando a cabo, dentro de la fortaleza, la ampliación y desarrollo arquitectónico de un castillo-palacio-convento románico, gótico, manuelino, renacentista y barroco, que se mantiene en la actualidad como signo y recuerdo histórico. Y que vale la pena ser conocido y muy interesante para ser conocerlo con cierto detalle.
Este Convento de Cristo pasa por momentos de mayor gloria, cuando el infante Don Henrique el Navegante, en el s. XVI, lo enriquece con una nueva ampliación y la Ventana de la Sala Capitular - la “Janela do Capítulo”- que se considera el mejor ejemplo del estilo manuelino. En su conjunto el edificio actual está considerado Patrimonio Mundial de la Humanidad, tiene cuatro patios de estilos arquitectónicos diversos, que responden a sucesivas ampliaciones; pero desde luego lo que destaca de una manera impresionante y conmovedora es la belleza y sobre todo la fuerza emocional que provoca decoración de la Ventana del Capítulo - “A Janela”, que se considera el ejemplo más significativo de la decoración en arquitectura portuguesa “manuelista” y que verdaderamente llama mucho la atención, si es que no llegase a la emoción de poner la piel del visitante en carne de gallina.
Tomar tiene también otros polos de atracción, como es la fiesta veraniega de los Tabuleiros, dedicada al Espíritu Santo - que se celebra diez días en julio cada cuatro años - llena de tipismo y una de las más célebres de Portugal. En su agradable centro histórico, con calles peatonales de coquetería portuguesa, como la rua de Serpa Pinto, con su viejo café y varias casas de dos plantas, con detalles típicos decorativos de azulejos y con ventanas de balcón y parapeto. Se puede ver también la sinagoga de estilo renacentista; la iglesia de São João Baptista, gótica con una portada magnífica, frente al bonito ayuntamiento y la estatua de Gualdim Pais, en medio de una plaza de equilibrada elegancia y con pavimento de adoquines dibujando el suelo.
Cercana al Ponte Velha - “Puente Viejo” o también de Don Manuel - hay una rica capilla dedicada a la mártir Santa Iría, es de estilo renacentista en su estructura arquitectónica y barroca en la mayor parte de su decoración artística de sus altares e imaginería, azulejada y con pinturas murales. En el exterior de la población, el acueducto de los Pegões, con ciento ochenta arcos construidos en el s. XVII, venía a ampliar las posibilidades industriales y agrícolas de un extendido y curioso sistema árabe de norias gigantes, para aprovechar el caudal del río Nabão, del que se puede ver una de esas norias en el jardín público que ocupa una isla de este río, frente a la zona céntrica e histórica.
En fin, un lugar atractivo, bonito y lleno de razones históricas que vale mucho la pena visitar, si la vida nos para ello algún día.
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo