Soy lo que soy sin importar lo que he sido
Soy un marginado social, con problemas económicos y científicamente feo, aunque de niño obtuve notas tan altas en las pruebas de inteligencia que me incluyeron en programas para superdotados.
A pesar de mi "supuesto" alto coeficiente intelectual, que me ha permitido defenderme en la vida y conseguir un sueldo suficiente para sobrevivir sin la ignominia de las prestaciones sociales... y poco más, a menos que se cuente algún esporádico miniéxito amoroso, soy consciente de que tengo una profunda discapacidad de aprendizaje.
Me consuela que en un mundo tan enfermo como el nuestro lo saludable está muy lejos de ser algo común, hasta el punto de que hoy en día solo me siento seguro en las calles cuando estoy sentado al volante de mi coche, con todo el safari en la jungla de cemento separado de mí por puertas y ventanas, cerradas herméticamente.
Creo que a los principales medios de comunicación y entretenimiento les puede resultar bastante difícil decir que promueven vidas sin depresión, cuando, en realidad, promueven que te deprimas muchísimo, que tomes antidepresivos y luego te preguntes por qué necesitas viagra para contrarrestar la disfunción eréctil causada por los antidepresivos que te han recetado para combatir las "emociones negativas".
Luego están los amigos que te dicen que si no te tomas al menos diez cervezas un sábado por la noche no deberías tener novia, porque para ellos solo hay una ley suprema: consumir. Claro que tendrás que trabajar o pedir prestado para conseguirlo.
Puede ser enriquecedor vivir en una comunidad próspera con ideas afines, pero, en última instancia, la salud mental se recupera pasando bastante tiempo en soledad y cerca de la naturaleza, sin seres humanos (probablemente no estés de acuerdo, no pasa nada).
En un alarde de sentido común, hay bastantes personas que se niegan a escucharme cuando les hablo de mis temores sobre el Nuevo Orden Mundial y su agenda. Me doy cuenta de que, cuando las cosas lleguen a su punto más bajo, es posible que me quede solo.
Podría ser asesinado (no literalmente) de alguna manera insidiosa a través de los innumerables sistemas automatizados de los "poderes indebidos", o al menos exiliado de una manera que dificultara bastante mi supervivencia.
Comprobé que no todos eran idiotas con un CI sorprendentemente bajo. De hecho, si interactuabas con gente en tiendas, o por casualidad te topabas con alguien e intercambiabas palabras, no era como si estuvieras en un planeta lejano intentando conversar con un alienígena humanoide (o un hombre lagarto) sin ninguna experiencia comunicándose con un humano real.
Claro que no tengo forma de saber si, de repente, la raza humana se ha visto afectada por algún rayo espacial al que todos hemos estado expuestos (como la lluvia de meteoritos del thriller de ciencia ficción de los años 60 "El día de los trífidos"), o si los campos electromagnéticos, el 5G, el flúor, el agua tóxica, las vacunas, los medicamentos en general, la comida, el glifosato o lo que sea han envenenado las mentes de tanta gente de cierta relevancia social. Tampoco sé si se trata de un fenómeno reciente, como la manipulación del ADN o la afectación cerebral por la proteína espiga.
¿Cree que estamos a salvo? En realidad, no estamos a salvo. Para nada. Necesitamos ser conscientes, responsables y reflexionar. Mi comportamiento se basa en evitar que lobos, ratas y serpientes entren en mi vida y la conviertan en un infierno. Nada más.
Saludos cordiales.
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