La verdad sobre Ucrania se corresponde con la matanza palestina: dos desolladeros
ALBRICIAS LIU SIVAYA TÚ ME RECONFORTAS
UFANO DE HABER DICHO LA VERDAD. LOS QUE OPUGNAMOS A LA BESTIA NO ESTAMOS SOLOS
Ayer en un post de la influencer rusa Liu Sivaya, magnífica periodista hispano-rusa, en la entrevista que le hizo a un soldado español Simón de Monfort veterano de la guerra de Siria, de Iraq y en la actualidad incardinado en un batallón de infantería rusa en primera línea de fuego me encontré a mi mismo y lo que he venido diciendo (aunque nos llamen conspiratorios es rusa judaica no hacer caso porque al freír será el reír) a lo largo de estos cuarenta años en la Red y casi sesenta en el periodismo escrito: que desde 1989 las garras de un buitre rapaz se abate sobre nosotros, que existe una mano oculta que maneja los nuevos poderes de la información mundial y que los que se dicen periodistas y escritores no son sino sus corifeos y cipayos.
Repiten las consignas como loritos del Gran Hermano: Carlos Herrera, Alcina, La Razón, El País, el ABC, El Mundo, todas las cadenas públicas de TV y han sometido a la literatura Pérez Reverte, Cristo Mejidele pusieron su nombre al revés y toda esa harca. Quieren aplastar a Rusia y así conseguir un mundo monocorde haciendo de los rusos un encefalograma plano.
Quedan, sin embargo, varios huesos duros que roer: China, Corea del Norte, Paquistán y sobre todo Irán, que siempre asustó a Israel desde las profecías bíblicas.
Simón de Monfort es un valiente soldado de fortuna del cual nos debemos sentir orgullosos. Ha caído en la fascinación de aquella nación misteriosa como les pasó a muchos de la División Azul. Digamos Tomás Salvador glorioso autor de "División 250". Ridruejo, Laín Entralgo, Álvaro de la Iglesias...
Pero esta es la conspiración que no cesa, la serpiente que se muerde el rabo. Sujeto soy blanco de las soflamas de los míos que no me entienden.
La primera mi mujer, mis hermanos y todo esa peña aburrida de zoquetes digitalizados que conforman la masa de mi país. Sufro, pues, de una incomprensión atorrante y aterradora. Porto mi cruz. Los diez libros que publiqué no los admiten en las librerías.
¿Por qué? Por carecer de distribuidor y el distribuidor es el nuevo Santo Oficio de nuestros días. Sin embargo, si los sbo a la red corren como la pólvora y una señal de que no deben de ser tan malos. Simón defiende las mismas ideas que yo defiendo un Rusia cristiana. He visto a algunos sorches de infantería que llevan en el peto una imagen del Redentor o de la Virgen María por amuleto. Que no combaten a Ucrania por odio y que les duele disparar contra sus hermanos. Gran parte de los soldados de Zelenski hablan ruso.
Se sienten inmersos en la vorágine de una pavorosa guerra civil y muchos son llevados al frente a patadas. El veterano español al igual que el detente bala de sus camaradas en primera línea luce al cuello una humilde cruz franciscana atada con un cordón. Ese es su detentebala. El de la verdad que los medios occidentales empeñados en que esta guerra civil perezca hasta el último ucraniano que nuestros diarios tan falaces y mamporreros y nuestros tertulianos tan parleros omiten.
Es un aviso a navegantes. Para España Rusia nunca fue el enemigo. Nuestra gran enemiga es Inglaterra, los holandeses flamencos, Macron el pequeño Napoleón y toda la judería de Amsterdam vaticanista que escribió la Leyenda Negra.
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