El maquiavélico plan de EE UU no tiene desperdicio
Donald Trump condena a Europa con aranceles, nos "coloca" el 5% de la OTAN, nos anima a combatir por Ucrania con las armas que les compremos a ellos, y nos obliga a asumir el sobrecoste de comprarles, también a ellos, el suministro energético. Me recuerda a una escena de la película "Terminator", aquella en la que una máquina robótica avanzaba mientras aplastaba cráneos humanos bajo sus orugas.
A usted quizás le parezca mejor el plan de Bruselas que, aunque el BCE cree que un saqueo de activos es ilegal y dañaría gravemente la reputación de Europa como centro financiero, plantea conceder un préstamo de 140.000 millones a Ucrania, financiado a cargo de los 210.000 millones de euros de activos rusos congelados.
Hagamos cuentas considerando que el último paquete de sanciones propuesto (llevamos 18), incluye la prohibición de las importaciones de gas natural licuado (GNL) ruso a partir de enero de 2027, un año antes de lo acordado.
Mientras Putin no se doblega, Europa se ve paralizada por el aumento de los precios y atrapada en una posición de dependencia permanente de Estados Unidos.
La UE se ha apresurado a sustituir el gasoducto ruso por GNL del que, casi la mitad, proviene ahora de Estados Unidos, lo que, por arte de birlibirloque, convierte a Europa en el mercado más importante para las exportaciones estadounidenses de GNL.
Lo irónico es que la UE, en lugar de comprar crudo barato directamente a Rusia, como solía hacerlo, ahora compra productos refinados a países como India y Turquía, que importan crudo ¡ruso!, lo refinan y lo venden de vuelta a Europa con un margen de beneficio muy notable.
Esto significa que Europa ahora paga más que antes por el mismo petróleo, a la vez que paga más por el GNL para reemplazar el gas ruso de gasoducto, profundizando más la dependencia europea de Estados Unidos.
Ahora el chiste, porque es de chiste.
Hay informes de conversaciones secretas entre la petrolera americana ExxonMobil y la petrolera rusa Rosneft sobre la reanudación de la cooperación rusoamericana en el gigantesco proyecto Sakhalin, en el Lejano Oriente ruso.
De confirmarse, significaría que, mientras los europeos tenemos prohibido comprar gas y petróleo rusos baratos, las empresas estadounidenses se preparan discretamente para regresar y continuar el saqueo a Europa.
Es decir, el vergonzante, paradójico y diabólico juego de Trump, tan retorcido que casi desafía la comprensión, es, al parecer, comprar energía rusa a bajo precio, revenderla con un sobreprecio y dejar fuera del juego a competidores como Turquía e India. Paganini, la UE de Úrsula.
El caos reina, como debe ser, mientras la estupidez y la miopía de la UE y de la mayoría de los líderes europeos están más allá de toda comprensión y perdón. Todo lo que Úrsula ha tocado se ha convertido en escoria. Su longevidad como política prominente es "intragable", dicho sea de paso.
Recuerde que Trump fue elegido presidente en parte por su promesa de poner fin a la guerra de Biden contra Rusia a través de Ucrania. Dijo que lo haría en sus primeras 24 horas en el cargo y yo, y puede que también usted, le creímos.
Pues caretas fueras. Trump acaba de declarar en su sitio web Truth Social: "Después de conocer y comprender plenamente la situación militar y económica de Ucrania/Rusia y, después de ver los problemas económicos que está causando a Rusia, creo que Ucrania, con el apoyo de la Unión Europea, está en posición de luchar y ganar toda Ucrania en su forma original".
"Con tiempo, paciencia y el apoyo financiero de Europa, y en particular de la OTAN, las fronteras originales desde donde comenzó esta guerra son una opción viable. ¿Por qué no?"
Después de estimularnos para luchar y gastar más, ahí va el corte de mangas final de un amigo, fiable cien por cien: "Seguiremos suministrando armas a la OTAN para que esta haga lo que quiera con ellas. ¡Mucha suerte a todos!" Donald J. Trump, presidente de los EE UU de América".
Como canta Bob Dylan en "Not Dark Yet", «Todavía no es oscuro, pero se acerca».
Saludos cordiales
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