A comer y callar
LA NUEVA ESPAÑA del martes 30 de septiembre titulaba en portada: "Sánchez desoye a Asturias, quitar el peaje tendría costes milmillonarios". ¿Condonar la deuda a Cataluña acaso sale gratis? La autovía para entrar y salir de Asturias fue una necesidad. La deuda de Cataluña, a mi entender, se generó como consecuencia, entre otras cosas, del despilfarro de los gobernantes de esa región de España, abriendo embajadas por el mundo, en plan nación, o montando un referéndum que a día de hoy aún nadie explicó cuánto costó aquel circo; o mantener al expresidente catalán fugado a Bélgica, viviendo en palacete en plan reyezuelo renegado.
¿Qué hacen nuestros políticos de este lado del Pajares, a qué esperan para sacarle los colores a este señor que, a mi juicio, ocupa inmerecidamente la Moncloa? No se puede entender tanto buenismo tontorrón, dan la impresión de conformarse con un lugar en el pesebre, en plan: "Llámame gorrión, pero échame trigo". Nos están aplicando descaradamente la ley del embudo, y parece que la aceptamos de buen grado, en plan: "A comer y callar".
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