24 meses y 77 años de Exterminio.
La "opinión" asturiana la daba este domingo de forma abrumadora y masiva la xente asturiana por las calles y plazas de Xixón. CONTUNDENTE. Humanista. Solidaria. Fraternal con el Pueblo palestino.
Tras la inmensa demostración de Humanidad de este domingo en las calles y plazas de Xixón, cabe preguntarse si quienes defienden el MAL que representa el exterminio del pueblo palestino, con la esencial apoyatura del gobierno trumpista, y de parte mayoritaria de los gobiernos europeos, están autorizados, sin consecuencias jurídicas, a seguir jaleando, amparando, justificando, apoyando la matazón inmisericorde del proyecto sionista durante 24 meses y 77 años.
Repetir consignas sionistas en cualquier medio ¿acaso no entra en la categorización de las Cortes Internacionales, que han señalado no solo la obligación de los gobiernos de DETENER las diarias masacres, sino la RESPONSABILIDAD de quienes son cómplices a esa acción?
O al menos eso leyeron ayer dos prestigiosas figuras del periodismo astur en la plaza mayor, al tiempo que daba información de "las cifras" que alguna MALA gente pretende esconder:
Basado en los informes de diversas organizaciones internacionales, como el observatorio Euro-Med o la Oficina de Coordinación y Asuntos Humanitarios (OCHA), dependiente de la ONU: Más de 74000 muertos, de los cuales 20.415 serían niños y 14.667 serían mujeres. Más de 161.000 heridos, de los cuales, varios miles sufren amputaciones y alrededor de10.000 niños han perdido un brazo o una pierna.
Más de 43.000 huérfanas y huérfanos y 4.760 desapariciones forzosas.
El 99% de la población superviviente ha sido desplazada al menos una vez. El 100% de los hospitales ha sido destruido o seriamente dañado. Más de1.500 profesionales de la salud han sido asesinados.
El 80% de las viviendas han sido destruidas o seriamente dañadas, así como el 95% de las escuelas y universidades. Quienes tratan de documentar e informar sobre estos crímenes, son sistemáticamente asesinados, superando ya la cifra de los trescientos periodistas asesinados por los sionistas.
Dentro de los cinco niveles de inseguridad alimentaria que establecen los organismos humanitarios de la ONU, 641.000 personas estarían en la fase cinco (hambruna extrema); 1.140.000 en la fase 4 (emergencia) y 198.000 en la fase 3(crisis).
Según la FAO ha sido convertida en inutilizable el 83% del agua para uso agrícola, el 86% de los invernaderos y el 98,5% de la tierra agrícola. Así mismo, el 72% de la flota de pesca ya había sido destruida en diciembre de 2024.
Todos estos datos, a los que se podrían agregar tantos otros, no menos dramáticos, reflejan una realidad: sangre, muerte, escombros y vidas irreparablemente destrozadas. Familias expulsadas de sus hogares no una sino varias veces, obligadas a vivir en tiendas de campaña, solo para verlas destruidas de nuevo.
Medios de vida, ya muy frágiles, que desaparecen de la noche a la mañana: granjas quemadas, tiendas reducidas a escombros, escuelas arrasadas. Barrios enteros que se convierten en polvo gris, borrando la geografía de la memoria y la pertenencia.
En Gaza, un niño que ve a sus padres o a sus hermanos incinerados por un ataque aéreo no solo pierde a su familia; pierde el tejido del amor, la posibilidad misma de una infancia normal. Esta herida lo acompañará en cada etapa de su vida marcando su identidad con el dolor, la desposesión y la sensación, justificada de que el mundo entero se ha aliado contra su existencia.
La racionalidad que alimenta esta tragedia inmensa, la racionalidad del sionismo genocida, se resume en la pretensión de utilizar el genocidio para obtener la limpieza étnica de los palestinos, para apropiarse, de una vez por todas de la tierra palestina, sin los palestinos.
Como todos los colonialismos, justifica el robo tras el derecho a defenderse, aunque la ley internacional conceda ese derecho sólo a las víctimas, los palestinos, mientras obliga al agresor, el estado sionista, a la reparación del daño causado.
Pero la ley internacional es un concepto vacío si no lo hace efectivo la acción de los estados de la comunidad internacional. Y no puede olvidarse que algunos de ellos han colaborado activamente y continúan haciéndolo, con el estado genocida de Israel, como es el caso de los USA y de la UE en su conjunto, cuyas armas y bombas, además del apoyo logístico, permiten a los genocidas llevar a cabo su tarea.
Sin obviar las cifras, crecientes cada día, de esta inhumanidad a la misma escala industrial del nazismo, supuestamente superado y derrotado hace 80 años, la representación ayer en formato performativo de LES MUYERES que portaban simbología de mortajas, en silencio, por nuestras calles y plazas, trata de ser una aproximación al HORROR del sionismo criminal y sus cómplices, y un ABRAZO solidario a las Madres, a las Abuelas, a las niñas y niños sobrevivientes, a los que NO PODEMOS PERMITIR ¿verdad Humanidad? que sean también exterminados.
MILLONES de GRACIAS Asturias por el ejemplo de este domingo de gloriosa Fraternidad.
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