Sobre la huelga de médicos
En relación con la reciente huelga de médicos de nuestra sanidad y con las demandas que la impulsan, desde la Plataforma por la salud y la sanidad pública queremos manifestar nuestro apoyo a aquellas reivindicaciones que denuncian la precariedad, la penosidad y la temporalidad en el trabajo, o la solicitud de una carrera profesional justa. Entendemos que la calidad de nuestro sistema sanitario se sostiene en gran medida sobre el trabajo de sus profesionales, y, en ese sentido, toda medida destinada a hacer este más digno no solo es irrenunciable, sino que contribuirá a solidarizar a los médicos con el sistema y a mejorar su compromiso con el sostenimiento y mejora del mismo.
No podemos compartir, sin embargo, la demanda de un estatuto exclusivo para los médicos, en abierta confrontación con un marco normativo homogéneo del conjunto de los trabajadores sanitarios. La atención sanitara es multiprofesional e interdisciplinar, no es exclusiva de los médicos, aunque su función sea muy importante. Es obvio que hay otros profesionales imprescindibles (enfermería, fisioterapia…) y que el nuevo conocimiento incorpora constantemente nuevas profesiones al sector, en un proceso de atención al paciente que debe ser coordinado, continuado e integral. En el ámbito laboral, por tanto, no cabe otra opción que un estatuto único de todos los trabajadores, la fragmentación es desreguladora, anacrónica y contraria a los intereses de los pacientes y del propio sistema sanitario público.
Lo mismo hemos de decir, incluso con más vehemencia, con respecto a la dedicación exclusiva, una de las claves para fidelizar a los profesionales, promover sentido de pertenencia, evitar conflictos de interés y asegurar que los recursos públicos se destinan a fortalecer la sanidad pública y no a promover intereses privados. La devaluación de la dedicación exclusiva es una puerta abierta a la privatización.
Una característica que entendemos necesaria en las reivindicaciones de los profesionales sanitarios es la vinculación entre sus intereses y derechos laborales, sin duda legítimos, con el bien común de pacientes y ciudadanía. Un compromiso ético y moral, inherente a todos los trabajadores del sector de la salud. Por ello es de agradecer que la recientemente creada “Plataforma de Médic@s del SESPA” haya puesto el acento reivindicativo en el primer punto (la necesaria mejora de sus condiciones de trabajo), soslayando los otros dos (el estatuto propio y la exclusividad), a diferencia de lo que ha hecho el Sindicato de Médicos.
Aún así, es nuestra obligación realizar un llamamiento a los profesionales de la medicina para intentar que sus reivindicaciones se reconduzcan a través de otras posibles formas de protesta, sin recurrir a la huelga, y dar una nueva oportunidad a las opciones de negociación.
Es evidente que las huelgas en la sanidad afectan directamente a los derechos y la salud de los pacientes y no, o al menos no de la misma forma, a la Administración pública. Con la huelga, los pacientes y la población enferma se convierten en rehenes de un conflicto laboral en el que no tienen responsabilidad alguna. En un contexto, además, como el que tenemos en Asturias, con unas listas de espera desproporcionadas, que de agravarse nos abocarían a una verdadera catástrofe sanitaria, cuyas consecuencias no es necesario describir.
Es obvio que no se trata de negar el derecho a la huelga de los profesionales sanitarios, pero sí de considerar que es un recurso extremo al que solo se debería llegar después de agotar todos los cauces de negociación. Baste recordar que, pese a que han existido muchos periodos conflictivos en la sanidad, nunca hubo huelgas médicas en Asturias hasta la irrupción del sindicato médico (SIMPA), y, aunque han transcurrido bastantes años, todavía tenemos presente el demoledor impacto asistencial de la huelga del SIMPA en el otoño-invierno de 2012.
Por todo ello, pedimos, exigimos, reflexión a los sindicatos, al Ministerio de Sanidad y la Consejería de Sanidad, y a todas las partes implicadas, aunque no estén en la mesa de negociación, como es el caso del “movimiento de médic@s del SESPA”, que parece tener presupuestos más que razonables y una masa social que debería calificarlo como interlocutor válido. El sistema sanitario público está muy mermado por la pandemia, debilitado por unas desproporcionadas listas de espera y con importantes problemas estructurales. Una huelga prolongada, como quizás se avecina, potenciaría considerablemente la sanidad privada y, en su reverso, supondría un golpe mortal para nuestra Sanidad Pública.
Carlos Ponte, en representación de la Plataforma por la salud y la sanidad pública (PxSSPA)
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