Trump, fallido premio Nobel
Dice Donald Trump que es la persona que más conflictos bélicos ha resuelto en el mundo, que por ello es el ente humano que más se viene mereciendo el premio Nobel de la Paz, desde hace años. Que él ha hecho más por la paz en la Tierra que el mismísimo Jesucristo, como sospechamos que piensa.
En realidad, su gran problema es creer ser único merecedor sin límite de todo lo que en el mundo puede ser premiado a diario. Los premios en las ocho categorías de los "Princesa de Asturias", por ejemplo (quizá uno por cada guerra que dice haber detenido); las maratones de Londres, Nueva York, Tokio...; las medallas de oro de salto olímpico; el Máster Chef (seguro que no sabe de qué va, pero se lo merece, sin duda, por el mismo nombre del concurso); Gran Hermano (también, al fin y al cabo a eso juega); y así hasta el infinito. Mejor escanciador mundial de sidra, si se entera de su existencia (what the fuck means escanciar?, diría en su tan elegante forma de hablar).
¿Un premio Nobel de la Paz a un tipo que cambia el nombre de su Ministerio de Defensa por el de Ministerio de Guerra? ¿Un premio Nobel de la Paz al tío que sigue apoyando la posesión desaforada e ilimitada de armas entre sus ciudadanos de EE UU? En la actualidad allí existen 393 millones de armas (el 46% del arsenal civil mundial), más que habitantes. ¿Un individuo que permite que en su propio país mueran anualmente más de 45.000 personas por ello (una cada diez minutos)?
Pues no señor. No le han dado el Nobel de la Paz. Esperemos que no ordene arrasar por ello Estocolmo (se encuentra en Suecia, por si no lo sabe) en represalia por un robo tan obsceno, como seguro piensa. Se lo ha llevado una mujer. Y venezolana. ¡Encima!
Pero él sí podría instaurar, para digerir su iracunda reacción (y con ello cualquier riesgo de ictus o petao sobrevenido en breve), el suyo propio, un nuevo Premio Trump Mundial Universal Galáctico a la Paz Total (o como quiera denominarlo) dotado con doscientos billones de dólares y un refugio antinuclear, y otorgárselo a él mismo, con posibilidad de repetición, pues estamos seguros de que ningún otro ser humano hará nunca más por la Paz que él en los siglos venideros.
Por cierto, en lo que sí parece ser un especialista es en amenazar con declarar guerras a diestro y siniestro: ya lo son los conflictos comerciales en todo el mundo (no olvidemos que así son las nuevas guerras), que podrían ser bélicos en breve con Venezuela o Irán (ya lo sugirió con Canadá, México o Dinamarca); pero sobre todo, y muy posiblemente al paso que van las cosas, en su propio país (desplegando su ejército en todo estado o ciudad demócrata, persiguiendo a jueces...), desencadenando una no tan improbable nueva guerra civil. Estuvo muy cerca de conseguirlo en 2022 con su asalto al Capitolio. Veremos dónde termina su idea de paz y qué premio se otorga en consecuencia.
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