El resort en Gaza por encima de todo
La historia da fe de los abundantes planes de paz fallidos en la Palestina ocupada, todos con fases y plazos detallados que se remontan a la presidencia de Jimmy Carter. Todos terminaron igual. Israel consigue lo que quiere inicialmente -en el último caso, la liberación de los rehenes israelíes restantes-, mientras ignora y viola todas las demás fases hasta reanudar sus ataques contra el pueblo palestino.
Empecemos por el inicio que nos llevaría directamente al final. A fecha del 7 de octubre de 2023, me cuesta mucho creer que el "ataque" de Hamas no fuera una operación orquestada. Las Fuerzas de Defensa de Israel tardaron 6 horas en reaccionar ante una ruptura del muro, que cuenta con tantos sensores y puestos de control, e incluso torres de ametralladoras automáticas controladas a distancia cada 100 m, que el mínimo movimiento de un gato o un pájaro habrían hecho saltar todas las alarmas... Sin embargo ¡Seis horas para reaccionar!
Hace justo un año, la Asamblea General de la ONU adoptó por abrumadora mayoría un texto histórico que exigía a Israel poner fin a su presencia ilegal y a sus políticas en el territorio palestino ocupado, en el plazo de un año. Netanyahu como quien ve llover.
¿Qué nos haría pensar que este alto el fuego no es, como los anteriores, una pausa publicitaria? ¿Un momento en el que al condenado se le permite una última llamada a los familiares para despedirse, antes de ser acribillado por una lluvia de balas?
Israel ha llevado a cabo ataques asesinos contra Gaza durante décadas, y ningún acuerdo de paz ni acuerdo de alto el fuego se ha interpuesto jamás, y este no tiene pinta de ser la excepción, porque los objetivos siguen siendo los mismos: despojar y expulsar a los palestinos de sus tierras. La única paz que Netanyahu pretende ofrecer a los palestinos es la paz de la tumba, porque esta sangrienta contienda no creo que haya terminado.
Israel consigue con el acuerdo inicialmente lo que quiere: la liberación de los rehenes israelíes restantes, y seguidamente culpará a Hamás y a los palestinos por no cumplir lo acordado, probablemente por negarse a desarmarse, como exige la propuesta.
Washington, "no tiene más remedio" que condenar la supuesta violación de Hamás, y da luz verde a Israel. Eso es todo.
La saga continúa como se puede deducir de este titular en "The Financial Times": "El movimiento Hamás, apenas horas después de acordar un alto el fuego, instaló puestos de control en Gaza, intercambió disparos con sus rivales y golpeó brutalmente a palestinos sospechosos de colaborar con Israel".
O en la declaración de un portavoz de Hamás que, recién firmada la propuesta, dijo con toda claridad que ellos, Hamás, no entregarán las armas hasta que se cree un Estado palestino (lo que nunca sucederá en tierra de Israel).
¿No habíamos leído/oído que Hamás también se disolverá y no participará en ningún gobierno futuro? Sin embargo, da la impresión de que Hamás no va a ceder ningún poder.
Lo siento, ingenuos. Que se reanuden los bombardeos de Gaza.
La conclusión se entiende definitivamente ojeando el "Proyecto Costos de la Guerra" en la Universidad de Brown, donde consta que Estados Unidos ha proporcionado a Israel 21.700 millones de dólares en asistencia militar durante los dos años de conflicto en Gaza.
Y entre 9.650 y 12.070 millones de dólares adicionales, gastados por el Pentágono en operaciones militares en apoyo de Israel en Yemen y en otras partes del Medio Oriente, la inversión total de Estados Unidos en el conflicto de Gaza asciende a entre 31.350 y 33.770 millones de dólares, según el informe.
Trump tiene la llave para cerrar el grifo, la única herramienta que podría detener el genocidio, pero tras el dolor de cabeza que le produce Sánchez y la decepción del Nobel no concedido, tampoco parece estar para estas "menudencias".
Saludos cordiales.
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