Mire para donde mire, no veo más que invasores
Leo con asombro e incredulidad que nuestro amado líder está adjudicando contratos millonarios de obras a una constructora pública, China Communication Construction Company (CCCC).
Aunque siempre nos podrán decir que están felices con su elección porque, mientras EE UU nos pone aranceles, China invierte en España, tenemos que recordar que el Gobierno de Canadá de Justin Trudeau ya había vetado la compra de la constructora canadiense Aecon por parte de CCCC, alegando razones de "seguridad nacional".
También el Departamento de Comercio de Washington sancionó en 2020 a esa empresa y a sus 34 filiales, prohibiendo a las compañías estadounidenses colaborar o trabajar con el holding. Además, CCCC afronta acusaciones de corrupción en una decena de países.
Aun así, el Partido Comunista de China (PCCh) ha encontrado abiertas las puertas de Moncloa y se ha implantado discretamente en España con la ayuda del Ejecutivo socialista y lobistas próximos a Ferraz.
¿Lobistas, dice? Adivino que usted, que es de mente ágil, está pensando en Zapatero. Sí, hombre, quizás no le recuerde, pero Zapatero era aquel aldeano cercano que "contaba nubes" hasta que se radicalizó y perdió el rumbo. Ese fue el punto de inflexión y pasó a ser lo que, con acertada coña gallega, Rajoy definió como "bobo solemne".
Seguro que Zapatero y su "think tank" prochino que montó en abril de 2022 no tienen nada que ver, aunque resulta enigmático que las empresas constructoras españolas, líderes mundiales, no merezcan la confianza de nuestro Gobierno, que prefiere ir hasta China a buscar soluciones técnicas para problemas insolubles, casos de Paiporta y los barrancos del Poyo.
No deja de ser frustrante que un "filósofo" y estadista de la talla de Zapatero ("La tierra no pertenece a nadie salvo al viento", "Lo peor de la crisis ha pasado ya", "Nación es un concepto discutido y discutible", "Otegui es un hombre de paz"), el segundo peor líder de la historia contemporánea de España, esté tan infrautilizado.
Ni me molesto en preguntar sobre su presunto enriquecimiento ilícito. Todos sabemos que el "Bambi", que le llamaba Alfonso Guerra, o "mi príncipe", que le llama Delcy Rodríguez, es una "mina". Hablando de minas, él fue quien le puso el lazo de R. I. P. a la minería en España.
El caso es que veo a ZP ir, venir, decir, opinar, meter y sacar, esto y lo otro. y, francamente, no salgo de mi asombro. ¿Zapatero no va a "cejar" jamás?
De casta le viene al galgo, más si recordamos que él fue quien popularizó el verbo "zapaterizar", que en traducción libre, a espaldas de la RAE, podía ser algo así como "armar el mayor tinglado posible para beneficio de unos pocos, sin transparencia; haciendo leyes sin dotar y dejando al ciudadano con el culo al aire al respecto".
Ahora que Sánchez también ha zapaterizado a España, bueno es que, a pesar de los pesares, ZP recoja los dividendos que en justicia le corresponden después de que en 2009 el PSOE ya hablara de "zapaterizar" Europa para "ampliar los derechos sociales de todos aquellos que se levantan por la mañana a trabajar y pagan sus impuestos".
"No es magia, son tus impuestos... y nuestras comisiones". Gobierno de España.
Saludos cordiales.
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