La Nueva España » Cartas de los lectores » Sobrescobio pierde a su hijo predilecto

Sobrescobio pierde a su hijo predilecto

19 de Octubre del 2025 - Juan Luis Roces Suárez (Rioseco)

La noticia no por esperada causó menos conmoción en todo el concejo. La muerte de "Pepín el de María" nos deja huérfanos de quien yo llamaría, simple y llanamente, un hombre bueno.

Pepín amaba enormemente a su pueblo, hasta tal punto que aquella aventura de emigrante de corta distancia, a Gijón concretamente, opción elegida por muchos otros coyanes, lugar en el que tenía un puesto de trabajo en la industria del metal, duró apenas un año. Su lugar estaba en el pueblo que lo vio nacer, Rioseco.

Fue aquí donde desarrollo sus actividades, todas ellas al servicio de sus vecinos bien sea a través de sus puestos en el Ayuntamiento como en la propia vida sociocultural del pueblo.

En una etapa difícil, principios de los setenta, donde la vorágine de las obras del embalse había cambiado radicalmente la forma de vivir de las gentes del pueblo, Pepín fue artífice de la creación del Club La Panoya, que aglutinó en su seno como socios a la mayoría de los jóvenes y no tan jóvenes del pueblo.

Doy fe de que las actividades del club, tanto lúdicas como culturales, fueron francamente positivas para toda aquella generación. Me atrevo a decir que, aparte de la vida cotidiana, Pepín tenía dos pasiones sin un orden preestablecido: La Panoya y el Sporting.

Me viene a la memoria cuando hace trece años, como actividad del Club, nos lanzamos a la aventura de crear y representar una obra de teatro basada en la liberación de Sobrescobio, le propuse a Pepín su participación como actor; lo pensó o tal vez hizo que lo pensaba, y la respuesta fue contundente: "Si es para ayudar al Club, cuenta conmigo". Desde ese momento se esforzó al máximo, como uno más del elenco, a pesar de sus 83 años de edad.

Pepín fue compañero de andaduras de varias generaciones, y la mía, veinte años menos viejo, no iba a ser menos. Recuerdo aquellas tertulias vespertinas en las tardes de invierno de finales de los años setenta cuando, en un lugar como la Biblioteca, donde el lema principal es el de "por favor, guarden silencio", nos enzarzábamos en conversaciones sobre todo tipo de temas de actualidad, que eran muchos.

A su lado tuve la suerte de realizar todo tipo de excursiones, la mayoría gastronómicas, y precisamente hoy, dirigiéndome a Rioseco, teniendo frente a mi vista el Picu Retriñón, recordé a Pepín como partícipe de una imprudente incursión montañera.

Salimos de Rioseco en dirección a Caliao teniendo como hito principal la ascensión al mencionado pico. El grupo lo conformábamos cuatro personas, y todo iba bien, pero, cuando ya estábamos llegando a la cima, se nos echó encima la niebla y nos desviamos a la peor y más peligrosa zona de descenso. Nos hablábamos, pero no nos veíamos, yo llevaba a Pepín por encima de mí, queríamos tranquilizarnos con palabras, lo pasamos muy mal, pero por fin llegamos a destino.

Hicimos el regreso caminando desde Caliao por carretera parando en todos los bares del trayecto, y con los "cacharros" se fue disipando todo el sufrimiento.

Pepín se adaptaba a la gente que tenía a su alrededor, no se quedaba atrás a la hora de comer, de beber e incluso de fumar un porro; cariñosamente, era incombustible.

Tristemente, hacía ya varios meses que no conversaba con él, era una verdadera gozada, tenía una memoria prodigiosa, pero se fue apagando, le costaba trabajo hablar, la vida es así.

Podría contar muchas anécdotas, como lo podría hacer gente de su generación o incluso de la de mi hijo, pero de lo que estoy seguro es de que, en cada una de ellas, Pepín aparecería como la gran persona que siempre ha sido.

Descansa en paz, Pepín, siempre estarás en nuestros corazones.

Cartas

Número de cartas: 48899

Número de cartas en Diciembre: 22

Tribunas

Número de tribunas: 2174

Número de tribunas en Diciembre: 2

Condiciones
Enviar carta por internet

Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.

» Formulario de envío.

Enviar carta por correo convencional

Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:

Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo
Buscador