Ílhavo, en Portugal, tiene el mar por tradición y la Real Fábrica Vista Alegre por herencia
Es una encantadora población anfibia de dunas, salinas, barras, playas, caseríos y urbanizaciones que se entremezclan ahora dejando la constancia de su vida marinera de siglos en su magnífico Museu Marítimo e Aquário dos Bacalhaus.
A escasos diez kilómetros al sur de Aveiro aparece esta ciudad de Ílhavo, que es capital del concejo del mismo nombre y que cuenta con cuarenta mil habitantes. En su municipio radica la clásica y casi mítica fábrica de Vista Alegre, fundada en 1824 por José Ferreira Pinto Basto, un rico comerciante naviero y de tabaco y jabones, que en esta nueva fábrica llega a dominar la producción y creación de escultura, porcelana, vidrios y litofanías que pocos años después llega a tener la consideración de Real Fábrica, concedida por el rey João VI. Sigue siendo hoy una gran empresa, con varias factorías, de producción muy importante, notable exportación con prestigio internacional y sus productos se buscan por su marcada línea de estética y calidad propias. En la segunda mitad del s. XX Vista Alegre llegó a fabricar la vajilla de la reina Isabel de Inglaterra, por citar un hito importante de la historia de esta industria, de la que siguió en aumento su fama y el país luso se muestra orgulloso. Esta fábrica está constituida por varios edificios en una amplísima finca, dotado de los elementos necesarios para la vida autónoma de sus empleados y familias, en casas ajardinadas, escuela, iglesia, hospital, locales sociales y demás espacios y elementos urbanos.
Otro punto de interés especial, ya citado, es el Museo Marítimo e Aquário dos Bacalhaus de Ílhavo, que está considerado como uno de las exposiciones más espectaculares del Portugal del s. XX. Tiene tres áreas de interés: la Sala Ría, dedicada a los barcos tradicionales de la zona; la Sala Faina Maior, con la reproducción de un barco bacaladero de hace un siglo, con todo su utillaje, la Sala dos Mares, la Sala de Pinturas, con cuadros, fotografías y otras iconografías, la Sala das Conchas e Algas, y la Sala Etnográfica dedicada a la población y geografía de la región; así como un amplio Acuario de dos plantas, con bacalaos. Además, también forma parte externa de este museo el Navio-Museu de Santo André, que es un bacaladero construido en 1948, de setenta metros de eslora, atracado en un muelle del Jardim de Ounidot en la cercana población de Gafanha de Nazaré, que forma parte del municipio de Ílhavo. En dicho navío, dotado por completo de su utillaje, se expone la actividad en la pesca de ese pez blanco de agua salada, omnipresente desde hace siglos en la vida cotidiana del país luso.
Ílhavo tiene también buenos ejemplos de “arte nova”, como la Vila Africana, la Casa dos Cestos y Vila Vieira. Y son muy apreciables, también, la iglesia matriz y la iglesia de la ya citada fábrica Vista Alegre.
Además, en el concejo se sitúa la población veraniega, denominada Costa Nova, con dos muy extensas playas de fina arena blanca, una que mira al mar y otra que festonea la estrecha laguna de agua salada extendida en varios kilómetros de longitud al sur, hacia la villa de Mira, separada por dunas de Ílhavo. Tiene Costa Nova en una parte de sus edificaciones, una urbanización de casas unifamiliares y chalets que se presentan con el aspecto de las casetas de playa, pintadas de vivos colores rojo, azul, amarillo o verde a anchas franjas verticales que se alternan con otras blancas y dan a la localidad vacacional alegría, colorido y un estilo propio y atractivo.
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