Comienzos de Greta, infancia
Hay muchos temas interesantes que intentar aprender, estudiar y por supuesto practicar. Pero a veces es bueno recordar a personajes como Greta, que no siendo la excelencia en su etapa escolar, consiguió ser una alumna aplicada en la Academia de formación dramática en Estocolmo, Suecia siendo alumna entre 1922 y 1924.
Era antes de 1920 una niña risueña, que le gustaba salir de la rutina leyendo y asistiendo al teatro.
Nacida en el seno de una familia humilde pero de buen corazón el 18 de septiembre de 1905, era la tercera de tres hermanos, su madre, de oficio, criada, con un salario muy humilde trabajaba día y noche para dar a Greta y a la familia comida y techo, el padre, que moriría en 1920, vivió y murió por el alcohol, y el humilde sueldo de barrendero se lo consumía en licores, Greta le acompañó hasta que se consumió, con unos cuarenta y pico años.
Hija de Anna y Karl, Greta Gufstansson, tuvo que soportar la falta de pan durante la guerra (Primera Guerra Mundial), pero Greta sabía soñar y soñar la hizo coger el buen camino y no el vicio como el padre, además de las ganas de ser como Selma, la primera gran literata de Suecia.
El nombre no es lo que importa, el suyo era Greta Lovina, lo que importa es las ganas de salir del fango trabajado duro y no desfalleciendo, soñando con aprender cada día.
Y eso fue el legado del padre, su amor por la literatura y la entrega incondicional a sus hijos aunque tuviera problemas con la bebida; de la madre, aunque no era muy inteligente no desfallecía, y sacó el hábito del trabajo.
A veces quien más hace no es el más dotado, sino quien con pocos talentos se esfuerza y tiene claros sus sueños. El de Greta era vivir una vida que por nacimiento no le correspondía y la consiguió. Ella leía, interpretaba historias, haciendo con trapos vestidos y prácticas en el espejo de su casa, hasta que empezó a ser adulta coincidiendo con la muerte de su papá. Vendrá después la Academia, el cine el lujo y demás, pero comenzó siendo humilde.
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