El impostor
Yo tenía un amigo que estudió la carrera de Veterinaria. Cuando la acabó sin haber aprobado una sola asignatura se marchó a un pueblo aislado de Galicia a ejercer su profesión y consiguió una cierta clientela que demandaba sus servicios.
Tenía la habilidad de fijarse mucho en las personas y en las cosas y sus manifestaciones las decía con tanto rigor y tanta autoridad que a nadie le quedaban dudas sobre su sabiduría y el buen hacer.
Fue creciendo la estima que le tenían sus convecinos y se convirtió en portavoz de sus demandas y necesidades ante las autoridades competentes, que, sin investigar su currículum ni su pasado, lo nombraron un interlocutor válido para acallar las quejas de sus ciudadanos.
Pasado un tiempo lo incluyeron en una lista municipal en representación de un partido político y con empujones y acusaciones falsas logró ascender al número uno y de ahí a presidente de una comunidad pasó un trecho muy corto.
Un día, mientras estaba celebrando una comida de trabajo en compañía de una periodista, le dio por desconectar el teléfono móvil y una terrible catástrofe aconteció en su comunidad, sin que él, decía, se diera cuenta.
Hoy en día, el impostor sigue negando su ausencia y cambiando de versión continuamente.
¿Hasta cuándo?
El 29 de octubre de 2024 la dana de Valencia dejó 229 víctimas mortales.
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