Byung Chul-Han, suave brisa que susurra
Nuestras sociedades son sociedades de innovaciones tecnológicas que pautan y marcan los estilos de vida, tan compulsivos y perentorios que no podemos sustraernos a ellos. Es muy patente el nivel tecnológico alcanzado en eficacia de maquinarias, dispositivos y, recientemente, en el desarrollo de la inteligencia artificial. Sin embargo, Byung-Chung-Han, filósofo surcoreano, de heiddegeriana formación germanística y al tanto de las corrientes contemporáneas sobre la multiplicidad de discursos que inciden, aturden, horman y condicionan nuestra percepción del aquí y del ahora, de las interpretaciones que podamos hacer del "mundo como representación y voluntad", que diría Schopenhauer, de la "sociedad líquida" postmoderna, de las tribus digitales, de una idea falsa de la vida construida solo desde la comodidad, "el pensamiento positivo" de forzados eslóganes y la visión de las fases de la vida como un eterno presente, en el que no podemos ponernos a reflexionar profundamente, porque nuestra mente está mediada por el miedo a ser expulsados del sistema o sentirnos fuera de la cultura-alerta de adicción al consumo, con la sensación de estar perdiéndonos algo en el móvil, en redes sociales, en las incesantes necesidades y formas de ubicuo entretenimiento y ruido, que realmente dificultan meditar, rezar, experimentar el ser, hallar algún lugar o espacio, tanto físico como espiritual, para ser bienestar, sentirse vivo, sin ser datos, números, sin estar pendientes de vivir solo desde una máscara social de perfeccionismo, del Phono Sapiens, del poder disciplinario sobre el cuerpo, de las fake news ambientales. Las antítesis del más bello eros, del estrés crónico sobreactuado por las necesidades de presentarnos como deseables profesionalmente, autoexigentes por autoexplotación, de la soledad en medio de "la muerte de dios", de la fragmentación y anomia, de las muchedumbres, también solitarias, en su terror a quedar excluidas por un sistema de placeres y felicidad obligatorios, cierto totalitarismo de las imágenes que amordazan, de la recompensa en un futuro dataísta perfeccionado infinitamente en lo seductor, con conformismo de hilo musical "New Age". El 'lúcido ByungChul-Han está a favor de la ciudad global, del civismo de lo urbano y de fina convivencia democrática avanzada de calidad productiva, humana, ecológica. Desde lo liberador, aboga por una sociedad ecléctica contemporánea eurozen, tan basada en la tradición cristiana meditativa y solidaria que valora a la persona humana concreta como venero e imagen del Dios concreto y la tradición oriental de lo ceremonioso, de lo ritual dador de sentido, del haiku, la paciencia, los valores clásicos que conservan y ensanchan la vida pausadamente, con concentración, virtudes como la amistad, el silencio.
Byung-Chul-Han nos habla de la "sociedad del cansancio", de la "sociedad paliativa", del miedo a la contaminación del sufrimiento y del odio al pobre que aparta de la empatía y la comunión humanas y nos deriva hacia la indiferencia cruel, de una "infocracia" de hipercomunicación, del "1984" de George Orwell, de la desacralización brutal y obscena del mundo, pura ficción, de Kant y Simone Weil, Novalis y Huxley, Ernst Bloch, de la cosificación fragmentadora, la producción de cuerpos y sinsentidos, del vacío zen y del vacío nihilista que es insatisfacción crónica. De la vida como poética que salva, de la compasión y del sentimiento profundo de insuficiencia y fracaso vital, de la tanatobia, del artero ocultamiento y negación obsesiva de la muerte. De la parresía democrática, del panóptico de Foucault y lo disciplinario, de la caridad generadora, que va al El otro a través de la atención, le crea, le cura y escucha, le dedica tiempo.
Toca la política ficción, la pornopolítica, "la muerte de dios", la identidad propia como continuo "zapping", Platón, la exclusión de las verdaderas cuestiones más humanas, el amor, la solidaridad, la comunión, el trabajo con sentido de las redes como espacios de big data y capitalismo de la vigilancia. De una esperanza bella y humanizadora, zen, dios, Dios, liberación.
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