(Móvil)izarse
Hace tiempo que no miro más a los ojos que a las pantallas. Y me canso muchas veces de esa mirada digital, a la que me expongo por propia voluntad, pero me daña. Que quiere cada vez más a cambio de hacer quererme a mí menos. Si publicas y quieres que te lean, "tienes que estar en redes". Si pretendes visibilizar tu evento o quieres que tu empresa prolifere, "tienes que estar en redes". La mayoría llevamos tiempo en ellas y contagiamos a la minoría emergente. Yo explico a mi hija adolescente que, a su edad, en el autobús que nos llevaba al instituto, nadie veía Netflix. Que socializábamos en mayor o menor medida y eso, hasta a las tímidas, nos hacía sentirnos parte. Uso menos el teléfono móvil cuando ella está conmigo, pero... aunque sea media hora, ¿no estaba mejor leyendo un libro? Si un teléfono nos conecta al de lejos a costa de desconectarnos de un amigo o vecino...
El otro día me sorprendió contándome que en una comida con sus iguales, alguien dijo: "Nada de móviles porque si no, no parecemos ni amigos." Orgullosa de que ese grupo haga esfuerzos por no enredarse, quiero seguir su ejemplo. Algo que a veces "los grandes" podemos tomar de "los pequeños", aunque hayamos viajado en la misma ruta de autobús de mejor forma que ellos. Yo lo de comer sin estos dispositivos ya lo hacía, pero hoy dejo el tener que enredarme en redes. Es mi hora de (móvil)izarme. ¿Ha llegado la tuya?
Gema Regueiro Pedrayes.
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