Gaza: la paz de los escombros
Se acabó la guerra, dicen. ¿Pero qué paz es esta? Gaza ya no sangra, se desangra lentamente bajo una montaña de escombros. Los titulares pasan página, pero la realidad en la Franja sigue gritando. La guerra terminó, sí, pero la vida de cientos de miles de personas quedó pulverizada. Las casas, las escuelas, los hospitales... todo reducido a polvo y recuerdos.
¿Y ahora qué? ¿Quién le pone un techo a esa gente? ¿Quién le devuelve la normalidad a un niño que solo ha visto bombardeos? Hablan de acuerdos y ayuda humanitaria, pero las cifras de camiones que entran son una burla comparada con la necesidad. La reconstrucción no es solo poner ladrillos, es coser un tejido social destrozado. Y mientras los políticos firman papeles y se dan palmaditas en la espalda, el pueblo de Gaza sigue viviendo en una pesadilla gris. La verdadera paz empieza cuando se devuelve la dignidad, no cuando las bombas se callan. El mundo ha mirado hacia otro lado demasiadas veces. Ya es hora de que miremos la miseria que queda y exijamos una solución real, no un simple alto el fuego maquillado.
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