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Menos armamento y más salud

12 de Noviembre del 2025 - Javier Arjona (Siero)

Suheir Hammad: "No bailaré al ritmo de su tambor de guerra.

No prestaré mi alma y mis huesos a su tambor / de guerra.

No bailaré a su ritmo.

Conozco ese ritmo, es un ritmo sin vida."

La plataforma Asturies pola Paz convoca Concentración este miércoles 12 de noviembre, a las 19 hrs delante del Teatro Campoamor.

Gloria Fuertes: "Sólo tres letras, tres letras nada más,

sólo tres letras que para siempre aprenderás.

Sólo tres letras para escribir PAZ.

La P, la A y la Z, sólo tres letras.

Sólo tres letras, tres letras nada más..."

Este 12 de noviembre se convocaba ante el Campoamor por la Paz y contra el rearme.

Científicas-os para la Paz, nos habían dicho en marzo que: Como científicas-os -implicadas-os en campos en los que se desarrolla tecnología militar-, como intelectuales, como ciudadanas-os conscientes de los riesgos globales actuales, creemos que hoy es obligación moral y cívica de cualquier persona de buena voluntad alzar su voz contra la llamada a una militarización europea, e instar al diálogo, la tolerancia y la diplomacia. La militarización brusca no preserva la paz; conduce a la guerra.

Según las Naciones Unidas, una cuarta parte de la humanidad vive en zonas afectadas por conflictos armados. La guerra entre Rusia y Ucrania, subvencionada por los países de la OTAN está dejando tras de sí un saldo estimado de un millón de víctimas.

El riesgo de genocidio de palestinos por parte del ejército israelí respaldado por el Occidente global ha sido reconocido por el Tribunal Internacional de Justicia.

En África se están desarrollando guerras brutales, como en Sudán, o en la República Democrática del Congo, alimentadas por los intereses en los recursos minerales de África.

El «Reloj del Juicio Final del Boletín de los Científicos Atómicos», que cuantifica los riesgos de una catástrofe nuclear mundial, nunca registró un riesgo tan alto como hoy.

Europa dedica una cantidad colosal de recursos para producir más herramientas de muerte y destrucción.

La industria militar, que cuenta con vastos recursos y una poderosa influencia sobre los políticos y los medios de comunicación, echa leña al fuego de una narrativa abiertamente beligerante.

La propaganda de guerra siempre se alimenta instigando un miedo exagerado. Con diplomacia, Europa puede volver a su coexistencia pacífica y a la colaboración con Rusia que la guerra en Ucrania ha interrumpido.

La idea de que la paz depende de dominar a los otros bandos sólo conduce a la escalada, y la escalada conduce a la guerra.

En 1955, uno de los filósofos más destacados del siglo XX, el matemático y Premio Nobel de Literatura Bertrand Russell y el Premio Nobel de Física Albert Einstein firmaron un influyente manifiesto, y la Conferencia de Pugwash, inspirada en él, reunió a científicos de ambos bandos, presionando a favor de la distensión.

Cuando en 1959 se le pidió a Russell que dejara un mensaje para la posteridad, respondió: «En este mundo, cada vez más interconectado, tenemos que aprender a tolerarnos, a soportar que algunos digan cosas que no nos gustan. Sólo así podremos vivir juntos. Pero si queremos vivir juntos, y no morir juntos, debemos aprender un tipo de caridad y un tipo de tolerancia, que es absolutamente vital para la continuación de la vida humana en este planeta».

Los grandes conflictos siempre han ido precedidos de inversiones militares masivas.

Desde 2009, el gasto militar mundial ha alcanzado cada año niveles récord sin precedentes, y en 2024 el gasto alcanzó un máximo histórico de 2.443.000 millones de dólares.

El «Plan Rearm Europe» compromete a Europa a invertir 800.000 millones de euros en gastos militares.

La humanidad se enfrenta a tremendos desafíos globales: cambio climático, hambruna en el Sur global, la mayor desigualdad económica de la historia, riesgos crecientes de pandemias, guerra nuclear.

Lo último que necesitamos hoy es que el Viejo Continente pase de ser un faro de estabilidad y paz a convertirse en un nuevo señor de la guerra.

Si vis pacem para pacem-si quieres la paz, construye la paz, no la guerra.

Víctor Jara, en su Derecho de Vivir en Pa nos cantaba algo similar:

"Palestina es el lugar

Más allá del ancho mar

Donde revientan la flor

Con genocidio y napalm

La Luna es una explosión

Que funde todo el clamor

El derecho de vivir en paz".

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