Que Dios nos balice a todos o a ninguno
Como seguramente conoce, la DGT deja de regular el tráfico para regular la recaudación. El Gobierno ha propuesto que usted, a partir del 1 de enero de 2026, ya no tendrá que jugarse la vida que acaba de salvar milagrosamente en el accidente que sí habrá tenido, y la DGT ha dispuesto que así sea.
Se acabó eso de la actividad ociosa jugándose la vida, consistente en una caminata de 50 metros hacia atrás y otros 50 hacia adelante para colocar unos cutres triángulos de emergencia que avisen a otros automovilistas de que su coche le acaba de dejar tirado.
Siguiendo operativas más propias del Lazarillo, Rinconete y Cortadillo, el Diablo cojuelo, el Buscón y otros prendas históricos, expertos en el timo y trile, la DGT te obliga a colocar la baliza V16. Sí, como Crockett y Tubbs en "Corrupción en Miami". A que mola.
Oiga, oiga, que si no fuera porque ha sido usted quien ha soltado lo de "corrupción", en este foro a nadie se le habría ocurrido relacionar la imposición de la baliza con algún tipo de "negocio", bien sea entre personas o directamente del Gobierno.
El hecho constatable es que, en principio, el precio es comparativamente abusivo, 50 euros cuesta la bromita, y los hay más caros con conexión wifi 8 y, muy probablemente, la posibilidad de pedir una insuperable hamburguesa "Malabar Street Food", originaria de Ciudad Real, mientras espera que la grúa llegue.
Si no se le va de la cabeza la palabra "corrupción", no permita que los árboles de la baliza V16 le impidan ver el bosque de los millones de euros que se lleva el Gobierno antes de echar cuatro cuentas aclarativas:
24 millones de vehículos X 50 euros = 1.200.000.000 euros (mil doscientos millones)
IVA 21% = 252 millones. Total, 1.452 millones.
Huele a negocio, a compadreo, pero aquí nadie ha hablado de corrupción. Resulta muy llamativo, eso sí, que el dichoso artilugio lleve incorporado un geolocalizador, y más llamativo aún que seamos el único país en el mundo, el único, donde se va a aplicar este dispositivo.
Menos mal, el seguro podrá desentenderse de todos los riesgos concertados, cuando pueda verificar que en sus tres días de baja laboral "inventada" se ha desplazado a cien kilómetros, donde creía sentirse seguro y a resguardo de indiscreciones acusatorias. El truco de la baliza le ha delatado esta vez, pero su gobierno nunca le defrauda.
Recuerde cuando en el 2000 hicieron que los hosteleros se empufaran montando zonas para fumadores en bares, con extractores homologados, solo para prohibir fumar en interiores al año siguiente.
Después vinieron las etiquetas medioambientales: que si el coche diésel era la panacea, luego que no; que el híbrido sí, ahora dicen que ya tampoco... ¡Que se compre un eléctrico, leches, aunque tenga que hipotecarse otra vez!
Usted cree que quieren protegerle, pero lo que quieren es que pague. El problema, en realidad, no es el precio de la baliza, ni de la vivienda, ni del coche, ni del pan. El problema es que somos pobres. Pobres de solemnidad.
Nos han robado tanto poder adquisitivo que ya no distinguimos entre seguridad vial y atraco a mano armada.
Pero, insisto, no se deje colonizar por el subconsciente ni caiga en el desánimo y la frustración de no poder librarse de la palabra "corrupción". El Gobierno trabaja por su bien, por el mío, por el de todos.
Personalmente, apoyo a Sánchez sin reservas. Es el hombre idóneo para llevar a su país al abismo.
Saludos cordiales.
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