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La reducción de la velocidad en las autovías

4 de Marzo del 2011 - Alfredo J. Quintana García (Lugones)

Con respecto a todos los coros de voces que se están levantando estos días en todas las tertulias (políticas) con el tema de la reducción de la velocidad en las autopistas para reducir el consumo de combustible, coros que en algunas ocasiones utilizan unos extraños razonamientos para demostrar que a menos velocidad no sólo no se consume menos sino afirmando además (rizando el rizo) que incluso se consume más, coros que, por otro lado, también argumentan que cada uno paga su gasolina de su bolsillo y tiene derecho con su dinero a gastárselo en lo que quiera y que el Gobierno no tiene ningún derecho a decirle a nadie cómo gastar su dinero, quisiera contestar a ambos argumentos con algunos razonamientos.

Con respecto al primer argumento de que no hay menos consumo por bajar la velocidad, por lo poco que sé el automovilismo es una tecnología muy antigua, más que centenaria, y muy extendida por todo el mundo desde hace mucho. En todos los países tecnológicamente desarrollados existen desde hace más de cien años sociedades de ingeniería, automovilísticas, etcétera, que tienen elaborados gráficos y tablas de consumos por kilómetro recorrido en llano de todos los automóviles, adecuadamente conducidos, en función de la velocidad. Son resultado de medidas y ensayos muy bien hechos, absolutamente fiables. No es ningún dato oscuro. Está a fácil disposición de cualquiera en mil sitios si se acude a ellos. Los datos muestran en general que a partir de los 90 kilómetros por hora aproximadamente, que es la velocidad que da el mínimo consumo por kilómetro recorrido, el consumo se dispara conforme aumenta la velocidad, y no recuerdo los datos, pero posiblemente la diferencia de consumo entre los 110 y los 120 kilómetros por hora ande por ese 15% que dice el Ministerio. Esto es debido a que el consumo en llano se debe únicamente a los rozamientos que tiene que vencer el coche para moverse (rozamiento de todas las piezas mecánicas en sus movimientos, rozamiento de las ruedas con el suelo, rozamiento de la carrocería con el aire, rozamiento en las frenadas etcétera). Si no fuera por el rozamiento, el coche rodaría indefinidamente a velocidad constante, por inercia. Y ese rozamiento es proporcional a la velocidad a la que se mueve el motor y el coche. Es mecánica elemental. A ese consumo en llano hay que sumarle en las cuestas el consumo extra de subir una altura el peso de un coche; este componente del consumo depende únicamente del peso del coche y es independiente de la velocidad. Por todo ello, creo que las manifestaciones al respecto de que no hay una reducción del consumo al disminuir la velocidad dejan a los contertulios que las utilizan como ignorantes y/o demagogos a los ojos de cualquier persona con un mínimo de conocimientos y sentido común.

A los que argumentan que quien paga la gasolina es quien llena el depósito, y que cada cual debe decidir lo que le da la gana de gastar, les contestaría que quien paga la gasolina es todo el país, porque el petróleo hay que comprarlo fuera. Y cada euro que pagas, aunque sea de tu bolsillo, que salga de España deja de circular por España. Y la riqueza en España la crea el dinero que circula aquí dentro. Si te gastas un euro en tomates de Murcia, lo gana el de la tienda, el agricultor, el Estado, que cobra impuestos de ambos y paga educación, sanidad y pensiones, los niños y los pensionistas de España, el banco, al que va una parte de ese euro circulando sin parar por España, la empresa española a la que ese banco puede prestar ese euro porque lo tiene, el trabajador que puede encontrar trabajo en esa empresa y así continuamente, y ese euro acaba volviendo a nuestro bolsillo. Pero los euros que gastamos en comprar petróleo se van todos fuera, desaparecen de la circulación, y son muchos, con lo que la economía nacional se va quedando sin dinero y se va paralizando, los bancos y sus prestamos, las empresas, los puestos de trabajo, el gasto público, las ganancias del comercio... un desastre. Y, por tanto, para poder sostener la circulación de dinero en la economía española hay que pedir préstamos fuera, que luego hay que devolver con sus intereses, y nos sale carísimo a todos: el Estado somos los españoles, todos, negocios, trabajadores..., y no el presidente y los ministros. Hay que tener mucho cuidado con el dinero que nos gastamos en petróleo, aunque sea de nuestro bolsillo; cada euro que sea posible ahorrar en petróleo, se ve muy conveniente. Y el Gobierno está para tomar medidas que limiten los gastos en estos productos de importación que afectan a la economía del país, tiene el derecho y la obligación de hacerlo. Está para eso. En cualquier país del norte de Europa lo entenderían así si se toma la medida, y todos colaborarían. Y una actitud demagoga en estas cosas por parte de la oposición, en un país civilizado quitaría votos en lugar de darlos.

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