Nunca pensé que acabaría siendo runner
Sí, efectivamente: otra persona más que se ha aficionado a correr. ¿Qué pereza, verdad? Seguro que ya has escuchado esa historia mil veces. Ese amigo que te cuenta, entusiasmado, que se ha apuntado a un run club que han abierto en su ciudad, que es divertidísimo y que deberías probarlo. "¿Qué le ha dado a la gente con el running?", solía repetirme yo. Hasta que un día decidí volver a ponerme mis viejas zapatillas deportivas y salir a correr.
No negaré que al principio apenas aguantaba un kilómetro y medio antes de tener que parar exhausta. Más de una vez pensé en abandonar esta afición que empezaba a atraparme, porque sentía que no avanzaba. Siempre había una excusa: falta de tiempo, cansancio, pereza... Sin embargo, algo dentro de mí insistía en no rendirse.
Y seguí saliendo. Día tras día, paso a paso. Hasta que, casi sin darme cuenta, un día completé ocho kilómetros sin detenerme. Si alguien le hubiese dicho a la versión de mí misma de hace unos meses -la que apenas aguantaba un kilómetro y medio- que llegaría a correr casi diez, no lo habría creído.
No sé cuánto durará esta etapa, pero mientras dure pienso disfrutarla. Porque, a veces, lo que empieza con pereza termina convirtiéndose en un pequeño triunfo personal.
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