La España vaciada
No vengo a hacer un discurso.
Hoy vengo a abrir una herida.
Una herida que llevan años tapando con maquillaje, con titulares, con promesas redactadas por asesores que jamás han pisado un pueblo vacío al caer la noche.
Hoy hablo desde el lugar donde España se está desmoronando:
su interior, su alma, su origen.
Porque la España vaciada no es un problema, es una tragedia.
Una tragedia que nadie en el poder ha querido frenar.
Una tragedia fabricada con la indiferencia de unos y la falsedad de otros.
Y voy a decirlo sin miedo:
La despoblación es consecuencia directa de la corrupción,
del despilfarro y del favoritismo repugnante que domina la política española.
Sí, repugnante.
Porque mientras los pueblos se mueren, mientras las ventanas se apagan,
mientras los campos se abandonan, mientras las escuelas cierran...
los políticos gastan millones en autopromoción, en chiringuitos, en redes de favores, en obras faraónicas que nadie necesita, en enchufes, en despachos llenos de asesores que solo sirven para proteger su silla.
La España vaciada no está olvidada, está saqueada.
Se han gastado el dinero que debía repoblarla.
Se han gastado el dinero que debía mantener hospitales.
Se han gastado el dinero que debía garantizar carreteras.
Se han gastado el dinero que debía sostener al campo.
Y cuando ya no queda nada... cuando ya han exprimido hasta el último euro...
cuando ya han repartido el botín entre los suyos...
entonces vuelven con una sonrisa y un discurso preparado:
"Prometemos no dejar atrás a nadie."
¡Hipócritas!
Hablan de igualdad mientras tratan a millones de españoles como si fueran ciudadanos de tercera.
Hablan de progreso mientras dejan morir comarcas enteras.
Hablan de solidaridad mientras se llenan los bolsillos de su propia propaganda.
Porque la corrupción no es solo robar dinero.
La corrupción también es robar futuro. Robar oportunidades.
Robar esperanza. Robar vida a los pueblos.
Y eso llevan haciéndolo décadas.
Quieren que nos traguemos que "no hay recursos".
Pero sí hay recursos para rescatar aeropuertos sin aviones.
Sí hay recursos para duplicar ministerios inútiles.
Sí hay recursos para subvencionar entidades creadas solo para colocar amigos.
Sí hay recursos para financiar campañas, para pagar coches oficiales, para mantener oficinas que nadie usa.
Los pueblos, mientras tanto, esperan...Y esperan...y esperan.
Hasta que un día dejan de esperar y empiezan a vaciarse.
¿Quién responde por eso?
¿Quién asume la responsabilidad?
¿Quién paga las consecuencias?
Siempre los mismos: los españoles de la España interior.
A los políticos les encanta hablar de diversidad.
Pero España también es diversidad territorial. España también es equilibrio.
España también son sus pueblos.
¿Qué diversidad queda cuando todo se concentra en las capitales?
¿Qué equilibrio queda cuando los recursos solo van a las ciudades?
¿Qué país queda cuando se deja morir a la mitad del territorio?
Un país roto. Un país desigual. Un país injusto.
Un país donde el mapa ya no se llena con luz, sino con sombras.
Pero aquí está la verdad que no quieren escuchar:
La España vaciada está rompiendo el silencio.
Está harta de excusas.
Está harta de ver cómo los corruptos se reparten el futuro de sus hijos.
Está harta de ver cómo el dinero público se desperdicia mientras falta un médico, un pediatra, un autobús, una carretera decente.
Está harta de que en España haya ciudadanos de primera...
y ciudadanos olvidados porque no sirven para alimentar el aparato político.
Pero no somos decorado. No somos folclore.
No somos fondo de pantalla para campañas electorales.
Somos el corazón de España y están dejando que deje de latir.
Y hoy lo gritamos:
BASTA al despilfarro mientras cierran hospitales.
BASTA a los favoritismos mientras se hunden comarcas enteras.
BASTA a la corrupción disfrazada de "gestión pública".
BASTA a que los pueblos paguen los errores de quienes solo piensan en mantenerse en el poder.
Hoy este grito nace del dolor, pero también de la fuerza.
De la rabia, pero también de la dignidad.
De la tristeza, pero también del orgullo.
Porque la España vaciada no está muerta.
Está herida, sí...pero viva.
E hirieron el lugar equivocado.
Porque cuando se hiere el alma de un pueblo,esee pueblo no se rinde.
Ese pueblo se LEVANTA.
Y aquí estamos, levantándonos.
Reclamando. Exigiendo.
Recordando a todos los corruptos, a todos los derrochadores, a todos los que viven del favoritismo:
Se os acabó el silencio de los pueblos.
Se os acabó la indiferencia.
Se os acabó aprovecharos de nuestra paciencia.
España vaciada ya no se calla.
España vaciada ya no os cree.
España vaciada ya no os teme.
España vaciada vuelve a hablar,
y su voz es tan grande que no habrá despacho capaz de ignorarla.
¡¡¡Por la España vaciada!!!
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