La guerra empieza aquí

Documental en Cambalache.

El "conceyu abiertu pola paz" preparó la presentación y proyección de este documental vasco, en el que se denuncia a la industria militar vasca.

Como punto de partida, la negativa del bombero Ignacio Robles a participar en las labores de embarque de armamento con destino a Arabia Saudí que iba a ser usado en la guerra contra Yemen. Lo cual generó una movilización social y una toma de conciencia en torno a la industria armamentística vasca y al destino de su producción.

Un hecho aislado que puso de manifiesto la importancia de la industria militar vasca y el volumen de exportación de armamento desde Euskal Herria a países de Oriente Medio que están en guerra. Países que vulneran sistemáticamente los derechos humanos.

Las empresas de armas vascas son subvencionadas por el Gobierno autonómico y varios bancos vascos están implicados en su financiación.

En el documental, los historiadores indican que las armas de origen vasco han estado presentes en conflictos internacionales desde el siglo XV hasta hoy.

Ahora, una mayor sofisticación en el armamento y el secretismo en las relaciones internacionales provocan una gran invisibilidad de este comercio. Pero hay amplias redes de apoyo financiero que sustentan esta actividad, ya sea a través de inversiones de los bancos como a través de las subvenciones públicas del Gobierno vasco.

Asimismo, hay grandes fortunas vascas relacionadas con el armamento; las instituciones educativas vascas que tienen convenios con empresas armamentísticas.

Ha dejado de ser un secreto que en Bilbao se embarcan armas periódicamente hacia Arabia Saudí. Se conocen las fechas de carga, el barco es visible desde el exterior del puerto y los contenedores llegan puntualmente en los plazos señalados. La manufactura de equipo bélico incluye componentes de armas de alta tecnología, mientras que los contenedores calificados como explosivos que se embarcan periódicamente en el puerto de Bilbao llevan artillería ligera y media (munición, granadas, bombas), que es utilizada por Arabia Saudí contra la población civil en la guerra de Yemen.

En el documental, también se presentan alternativas concretas a la industria de las armas:

Banca ética. Conversión del negocio, como es el caso de Orbea (de las armas a las bicicletas) o de Astra, que tiene especial simbolismo (de fábrica de armas a fábrica cultural). Además, cualquier industria crea mucho más empleo que la de la muerte.

El resultado del documental, de una hora, es manifiestamente mejorable. Tal vez incluso podría ser más explícito y cercano a la trayectoria del potente movimiento antimilitarista vasco, o tal vez está pensado para sectores más amplios, en los colegios, donde los toques de asistencialismo de una ONG podrían tener más entrada.

En cualquier caso, los datos y actitudes y movilizaciones mostradas, siete años después, ameritan una comparativa elemental: con otros escenarios de destrucción, como Palestina, y con otras fábricas de armas, como en Asturias.

Desde que el documental se hizo (con aporte popular) han pasado más guerras, y se ha lanzado la orden yanqui del armamentismo, más desaforado todavía, y tenemos una guerra ya no tan lejana en Europa.

¿Cuántas de las normativas que el movimiento antimilitarista trataba de llevar al Parlamento y al cumplimiento de leyes en Euskal Herria tienen aplicación, ahora mismo, en Asturias?

¿Las que tienen que ver con que los destinatarios cumplan o no con los DDHH?. ¿Los nuevos decretos que supuestamente impedirían que haya comercio de armas con Israel?

¿Los que se vean afectados por las recomendaciones de las Cortes jurídicas internacionales?.

Oportuno es el documental, también en lo que tiene que ver con la mano de obra. Cuando hay trabajadores con conciencia, allí y aquí, o cuando se disocia el lugar donde se trabaja y lo que se produce, con la propia sensibilidad y capacidad de rechazo a los instrumentos de matar por parte de la clase obrera.

El esbozo de movimiento feminista "antimilitarista" también resulta pertinente, ahora en vísperas del 25-N (y siempre): ¿Cuánta capacidad de violencia hacia las mujeres, en específico, supone el negocio de las armas?.

Las siempre certeras y éticas reflexiones del ya fallecido Arcadi Oliveres, nos vuelven a traer los aspectos que son más esenciales a la vida y a la muerte provocada por y a beneficio de empresas y multimillonarios.

La acción individual del bombero Ignacio, debiera verse fortalecida y multiplicada por miles de colectivos y asociaciones, hasta conseguir que la Paz sea objetivo que venza a la guerra.

Y si para esquivar las denuncias los comerciantes de armas pasaron del puerto de Bilbao al de Santander, ¿correspondería ir mirando desde qué puerto o aeropuerto asturiano se trasladarán las anunciadas y masivas armas de destrucción en cuya fabricación se han implicado tanto los mercaderes privados como el gobierno autonómico?.