El mantero charlatán
En el año 1967 llegó a mi pueblo un camión Ebro cerrado por los laterales y con un rótulo que decía en letras grandes de color rojo sobre un fondo blanco: EL MANTERO. Y en letras más pequeñas: Mantas, colchas y lotes de tela para sábanas.
Entró en la parte de abajo del pueblo tocando la bocina para anunciar a todo el mundo su presencia. Se instaló cerca de la casa de David, abrió la puerta de atrás del camión y colgó en la puerta trasera un altavoz redondeado y lo conectó a la batería del vehículo.
Al momento, sentimos una voz fuerte llamando a la gente que decía: "Señoras y señores, acérquense. Ha llegado el mantero, señoras. Hoy tiramos la casa por la ventana. Señora, ¿está cansada de lavar las sábanas? Señora, ¿está cansada de lavar los cobertores y que no se vayan esas manchas? Señora, aquí tiene la solución: el mantero le ofrece un primer cobertor de cama de matrimonio y otro más pequeño de cama individual por tan solo 1.000 pesetas, señora. Pero, además, señora, como oferta por estar hoy en este pueblo, al primer cobertor le añadimos otro igual del mismo tamaño, y también, señora, al segundo cobertor individual le añadimos otro del mismo color para la habitación de los niños".
"Pero, señora, en este lote de 1.000 pesetas va incluido también un retal de tela blanca para confeccionar unas estupendas sábanas para su hija, que llegan expresamente desde Barcelona de la Viuda de Tolrá. No deje pasar la ocasión, señora, no la deje pasar que enseguida viene el frío del invierno, y usted, señora, y los suyos también podrán dormir calentitos en la cama. Además, señora, en el lote también va incluido este estupendo bolígrafo Bic, que observe, señora, con este bolígrafo podrá usted escribir no solo en negro, dándole a este botón se recoge el negro y podrá escribir en azul, y si repite la operación en rojo y lo mismo en verde, señora. Cuatro colores en un mismo bolígrafo, un bolígrafo para escribir cartas a sus seres queridos y dibujarles un corazón rojo o un árbol verde, un bolígrafo que viene expresamente desde París de la Francia para usted, señora".
A mí, que estaba escuchando al mantero, la última oferta del bolígrafo de cuatro colores me animó para decirles a mis padres que no dejaran pasar la ocasión.
También es verdad que las mantas nos hacían falta en casa, ya que no había calefacción y los inviernos eran mucho más fríos.
Cuando yo me casé existía la costumbre de regalar un cobertor (bueno, una manta ) y a veces juntabas media docena de ellos, aunque ahora con la moda de los nórdicos cambió la mentalidad en la gente y también influye que con el cambio climático hace menos frío.
En el año 1984, si comprabas dos bolsas de magdalenas Ortiz, te regalaban un reloj marca Casio, y estuvo un año entero funcionando.
Mi suegra, que tenía otro igual, se bañó en Benidorm con él en la muñeca y cuando salió del agua se le juntaban todos los números. Tuvo que comprar otras dos bolsas de magdalenas.
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