El karma de los inmundos
EE UU acaba de presentar un plan de paz a Putin de 28 puntos que, a priori, parece un "todo o nada" para Ucrania.
Inevitable ataque de pánico en los europeos, que presentan una versión revisada de dicho plan y, en estas circunstancias, es previsible que Merz ya esté lustrando las botas militares de su abuelo, y Macron haya robado las botas de Napoleón del Louvre, preparándose para marchar sobre Moscú, en un intento desesperado por evitar cualquier posible acuerdo pacífico y alargar la guerra dos años más con cargo a los 200.000 millones de euros de activos estatales rusos, ahora congelados en Euroclear.
Los europeos no quieren que Rusia invierta en Europa para reconstruir las antiguas provincias ucranianas de habla rusa, y ese es el plan claramente definido que Merz y von der Leyen, la Unión Europea, la Comisión Europea, la OTAN, el gobierno alemán, el gobierno británico y el gobierno francés están impulsando.
Quieren que el dinero se gaste, concretamente, en el complejo militar-industrial europeo. En eso consiste todo el problema.
Resulta que Merz es abogado corporativo con estrechos vínculos con el sector armamentístico alemán. Desde sus inicios en Alemania como líder democristiano, ha procurado un mayor gasto en defensa, argumentando que esto impulsará la recuperación alemana.
Otro vendedor de crecepelo, Rutte, incita a los analfabetos europeos: «Esta no es solo una lucha contra Rusia, sino también contra sus aliados: China, Irán, Corea del Norte. Es una guerra contra nosotros, contra lo que casi parece ser la mayoría global».
Los ciudadanos occidentales, después de un dañino virus experimental, hemos sido exprimidos hasta la última gota por este negocio bélico, que ha enriquecido al complejo militar-industrial mientras financiaba al régimen de Kiev. Un pozo negro de corrupción que demuestra que todo es un fraude y una auténtica vergüenza, imposible de explicar a los forzosos "cooperantes" mileuristas occidentales que no vemos dónde está el beneficio de los ciudadanos, incluyendo a la propia Ucrania.
De hecho, la semana pasada, Zelenski y su círculo íntimo de ministros y socios comerciales se han quitado la careta y finalmente han sido descubiertos con las manos en la masa, apoderándose de 100 millones de dólares en sobornos y comisiones ilegales, todo ello pagado con dinero de los contribuyentes occidentales. La punta del iceberg.
Desde que la guerra subsidiaria de la OTAN contra Rusia se intensificó en febrero de 2022, se estima que Estados Unidos y la Unión Europea han inyectado "alegremente" alrededor de 400.000 millones de dólares de los contribuyentes occidentales en Ucrania. Y ya sabe, el dinero no desaparece, solo cambia de manos.
Los inmundos que gobiernan el mundo han vendido su alma por ese dinero, pero se han preparado para un karma muy negativo.
Los votantes y trabajadores europeos no queremos la guerra, porque la guerra va a aumentar el sufrimiento, nos va a empobrecer más, y va a enriquecer más a las empresas militares representadas por Merz y otros líderes belicistas. No beneficiará en absoluto a la economía de la gente, por lo tanto, creo que solo está generando división.
Pero ya digo, el karma es muy negativo... y esta semana se cumplió el 80.º aniversario del inicio de los Juicios de Núremberg, que procesaron a los principales criminales nazis. Un destino que los líderes corruptos occidentales que urdieron la guerra fraudulenta en Ucrania para enriquecerse no deben perder de vista.
Saludos cordiales.
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