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Rezar por un dictador

7 de Marzo del 2011 - Sabino Álvarez Pazos (Mieres del Camino)

Mi buen amigo y sacerdote ejemplar ya fallecido don Nicolás Felgueroso Sánchez se hubiera sorprendido mucho al saber que un colega suyo, y, creo que amigo, rezaba por el dictador Francisco Franco. La Nueva España de jueves 24 de febrero de 2011, en esta sección de «Cartas al director».

A Dios gracias, no todos los sacerdotes de la Iglesia católica arrimaron su sardina al ascua de la dictadura del señor Franco: en Mieres del Camino (concretamente en la iglesia San Juan) dice misa un señor sacerdote que en tiempos de la dictadura plantó cara al Gobierno en defensa de los débiles, socorriendo a infinidad de personas sin pensar que anteriormente a la dictadura pudieran haber sido sus enemigos. Lamento no contar con su consentimiento para reflejar su nombre aquí. Todos mis respetos para usted, señor sacerdote, lo veré en su trabajo si aún no se ha jubilado.

El sacerdote de los rezos al dictador es muy posible que pensara que la guerra civil declarada en España por el general Franco fuera solo y exclusivamente para defender a la Iglesia católica y a los sacerdotes que la componen.

Los desmanes de un sector minoritario de la República –imagino que ateos por más señas– fueron los que asesinaron a varios curas, hermanos de La Salle y a otras muchas personas, hechos deplorables donde los haya; pero creo que Francisco Franco no salió de África con destino a España para declarar la guerra a un Gobierno legalmente constituido por medio de las urnas como era el de la República española solamente para defender a la Iglesia católica.

Los que mataron tanto de un bando como del otro fueron unos asesinos sin distinción alguna, unos incontrolados y otros con carta blanca en el bolsillo; pero, al fin, todos de la misma calaña.

Sea como fuere, los crímenes cometidos en la posguerra por el bando ganador de la guerra «incivil» española no pueden ser justificados por los cometidos anteriormente por gente incontrolada del bando republicano, un crimen nunca jamás podrá ser justificado. Jesús de Nazaret sí supo perdonar, pero no lo hizo así el papa Pío XII que no solamente no perdonó sino que cerró sus ojos y oídos ante los crímenes que se cometieron una vez acabada la contienda. Puede que todos tengamos que pedir perdón por nuestros errores, incluida la Iglesia católica.

Ahora sí entiendo por qué se había roto la cadena... nuestra cadena.

Recordando una vez más a mi querido amigo el sacerdote don Nicolás, he de decir que éste también se ocupó y preocupó por los débiles necesitados de amparo y de comida, hizo cosas muy buenas en aquellos tiempos tan malos. Los vecinos de Rozadas de la Peña pueden decir alto y claro que gracias a él en ese barrio se construyeron nada menos que cincuenta y cuatro (54) pisos donde no había nada más que monte. Fue un trabajo de titanes lo que este buen sacerdote hubo de luchar hasta ver culminados sus deseos.

Muchos viajes a Madrid y muchas noches sin dormir. Descansa en la paz del Señor, mi querido amigo Nicolás: es posible que, como tú bien decías, nos veamos otra vez.

Sabino Álvarez Pazos,

Mieres del Camino

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