Desorbitados beneficios
Obviamente, nadie en el mundo pone en marcha un negocio o proyecto con la idea de perder dinero. Por tanto, el fin principal de una empresa es obtener beneficios. Sentada esta presunción, nadie puede poner en entredicho el éxito que, por ejemplo, supone que Repsol haya ganado este pasado ejercicio casi 5.000 millones de euros, triplicando de esta forma los beneficios del año anterior; o que Gas Natural reparta dividendos o que Iberdrola logre un récord en su historia de ingresos. Eso por no hablar de las desmesuradas cantidades de dinero que aparecen en el apartado del «haber» en la cuenta de resultados de los grandes bancos. Todo ello, precisamente, en un ejercicio en plena crisis económica.
Pero sí existe un enorme problema moral. En medio de esta crisis que sigue ahogando a pequeñas y medianas empresas, golpeando a muchísimas familias y enviando al paro a miles de trabajadores cada día, puede resultar una infamia, por tratarse sobre todo de grandes compañías que asientan buena parte de sus beneficios a costa del ciudadano normal, del ciudadano de a pie.
Estamos hablando de empresas eléctricas, que han iniciado este año 2011 disfrutando de una subida por encima del 10 por ciento en las facturas por consumo; o petroleras que no hacen más que incrementar el precio de los carburantes; o bancos, que hasta para guardar dinero de los clientes emplean tasas bastante abusivas.
Y no se trata de que presten sus servicios gratis, no; pero, al menos, podrían reducir ganancias como han hecho trabajadores, funcionarios y pensionistas, que se bajaron –mejor, a los que les han bajado de real orden– sus ingresos. Es precisamente en estos sectores donde un Gobierno que se dice socialista debería fijar más atenta mirada.
Aparte de, claro está, por simple solidaridad.
José Antonio Gutiérrez González
Piedras Blancas
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo