Campeonas fuera de plano
España presume de su avance en el deporte femenino, pero casi siempre lo mide a golpe de balón. Mientras tanto, disciplinas como el atletismo, la natación sincronizada, la gimnasia o la escalada siguen acumulando éxitos que apenas encuentran espacio en la conversación pública.
Hace apenas unas semanas, Paula Sevilla, Eva Santidrián, Daniela Fra y Blanca Hervás, campeonas del mundo en 4x400, fueron reconocidas en los Premios Glamour por su excelencia y constancia, un logro que, sin embargo, pasó casi desapercibido en los grandes titulares.
El deporte femenino no se reduce a un club o una Liga. Existen chicas que entrenan en instalaciones precarias, que compiten con presupuestos mínimos y que consiguen resultados extraordinarios gracias a una disciplina admirable. Cuando visibilizamos sólo aquello que genera audiencia inmediata, dejamos fuera a cientos de deportistas cuyo talento también construye orgullo nacional.
No se trata de restar importancia al fútbol, sino de ampliar el foco. Necesitamos una cultura deportiva más diversa, que inspire vocaciones y que reconozca el mérito sin importar el escaparate. De lo contrario, estaremos premiando el ruido antes que el esfuerzo.
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