Atisbos de pandemia
Hay una alerta sanitaria grave, nos cuentan, cerca de Barcelona, cuyos vectores de contagio han sido identificados como jabalíes. Se establece un cordón de seguridad para exterminar las piezas que componen la zona donde se encuentra activa, a día de hoy, la terrible enfermedad que se nos pega a las suelas de nuestro calzado.
Todo esto se parece a algo pasado, pero cambia algún elemento; ya no funciona el endosar culpas a la falta de una biodiversidad que refrene el azote vírico, no, nada de eso. Precisamente, la biodiversidad nos trae de cabeza en este asunto, pues ya no es solo la presencia de suidos en los montes prelitorales del Barcelonès, lo que debería congratularnos, sino todo el rico ecosistema que despierta el instinto de aquellos. Sin embargo, ya no nos vale apelar al discurso antiespecie que tanto amenizó las jornadas del confinamiento estricto, y es ahora que el hombre -objeto de invectivas revestidas de manto académico- debe tronchar la cadena trófica, el no sé qué y el no sé cuánto con que se intenta horadar los cerebros formativos de los escolares más incautos. Yo no creo que se desaten consecuencias imprevisibles por masacrar a piaras de "senglars", pero la doctrina oficial rezaba lo opuesto a lo que estamos viendo estas semanas. Todavía estoy esperando la contraportada de cierto periódico con la entrevista habitual a la personalidad excéntrica de turno y sus revelaciones a posteriori desde su cátedras en países tenidos por especulares respecto a su terruño azotado por tramontanas y garbís.
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo

