Confianza, unión y permanencia
Querido Oviedín del alma: sabíamos que íbamos a sufrir, pero quizá no tanto. La clasificación da vértigo, sí, pero no debería impedirnos creer en que este mal momento puede convertirse, más pronto que tarde, en alegría. Escribo estas líneas para frenar el pesimismo y recordar que somos muchos más los que seguimos confiando en este equipo.
Analicemos la situación. El inicio de temporada fue durísimo, con rivales de máximo nivel. A eso se sumó la sorprendente salida de Paunovic, el ruido posterior y la llegada de Luis Carrión, acompañada de polémica. Todo ello afectó al vestuario y generó incertidumbre. Pero, desde el momento en que un entrenador llega, forma parte de nuestro escudo. Carrión es ahora el líder del proyecto y merece apoyo. Si las cosas no mejoran, ya habrá tiempo para decisiones, pero hoy toca remar todos en la misma dirección.
El segundo motivo para creer está en los propios jugadores. En partidos como el del Metropolitano se les vio atenazados, faltos de confianza. Necesitan soltarse, atreverse, mirar a portería sin complejos. Hay plantilla para competir y para vencer a equipos de la zona media e incluso más arriba. Solo falta recuperar seguridad, ajustar posiciones y dar más minutos a quienes lo merezcan. La unión parece estar ahí; ahora toca transformarla en juego y en goles.
El tercer punto es el arbitraje, que no está ayudando. Lo vivido ante el Rayo —la entrada a Viñas, la expulsión rigurosa, el penalti que paró Aarón y casi mandan repetir— fue difícil de digerir. Veníamos ya del gol anulado en San Mamés. No se trata de llorar, sino de pedir respeto y justicia. Ojalá esta situación cambie pronto.
A pesar de todo, soy de las que piensan que este equipo tiene potencial. Hay futbolistas con calidad para dar un paso adelante y un club que, si acierta en el mercado de invierno, puede reforzar las posiciones clave para lograr la permanencia.
Hoy toca ganar al Mallorca, un rival con gol, pero al que se puede hacer daño. Ante el Rayo se vio más presión, y en el Metropolitano, capacidad para contener a un Atlético muy poderoso. Algo hay sobre lo que construir.
Un mensaje final para los jugadores: no digáis “vamos a ganar”, creed realmente que vais a ganar. Como canta Melendi, “nunca os abandonaremos”; no nos abandonéis vosotros. Juntos lo vamos a conseguir.
Un fuerte abrazo azul para todos los lectores. Como dice mi amigo Víctor, gran oviedista: “¡Arriba esos corazones azules!”.
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