Saavedra y Barbón

Una queja, una más entre cientos, es el serio contenido de este escrito ante los perjuicios que suponen las listas de espera y citaciones, en el Sespa, ya sea en el primer o segundo nivel asistencial. Si pretendiese otro objetivo, ambas figuras se adaptan bien para un perfecto pareado.

Como paciente/usuario/cliente, he solicitado consulta con mi médico de familia vía online un 29 de noviembre. El primer hueco aparece el día 11 si es telefónica o 12 si es presencial y, naturalmente, en diciembre. Explíquenme, ambos responsables políticos, si la comunicación que vierten ustedes en los medios, con fotos risueñas incluidas, es para sentirse orgullosos. Entiendo que con 13 días de demora para un primer diagnóstico en la puerta de entrada al sistema, no cumple la famosísima frase "medicina centrada en el paciente" y menos la búsqueda de la excelencia.

El vector que utiliza un indignado paciente es acudir al servicio de urgencias, no por su propio deseo, sino por injusticia social que la Administración aplica. Escuchar cómo se analizan las urgencias y su saturación, en congresos, mesas de debate y simposios, con desayunos incluidos, es menospreciar a quienes padecen, padecemos, los desajustes. Comprensibles son los repuntes por comorbilidad estacional, pero el 12,3% del incremento son precisamente por las causas que reflejo en este escrito. Si nuestros políticos no pusieran filtros para que a sus mesas les lleguen las quejas, reclamaciones y enfados, seguramente serían más empáticos con la realidad.

Bien es conocido el comentario de que los políticos/as no están dispuestos a demoras. Me pregunto si utilizarán la histórica costumbre papal o acceden con moderna fórmula "Oscar Puente". A la izquierda plural y democrática que niega con su populismo la sanidad privada, les aseguro que algunos buscan recursos económicos para que una aseguradora le procure un especialista y, si fuera preciso, las pruebas diagnósticas complementarias que en el sistema público pueden tardar meses. ¿Un ejemplo? Les puedo enseñar los 265 días que han pasado desde que un familiar conviviente y directo mío, solicitó vía AP consulta con oftalmología y seguimos esperando. ¿Podremos hablar de sesgos estadísticos? Por si el político no es consciente de las consecuencias en la demora en un diagnóstico, le sugiero leer la economía de salud y comprobará que provoca costes indirectos, personales, familiares, laborales, económicos y sociales, "sufrimiento emocional".

El sistema de salud del Principado, evidentemente, dispone de excelentes profesionales, avances tecnológicos, de diagnóstico y asistenciales a la vanguardia con reconocimiento más allá de Pajares. El sistema es bueno en sí mismo a pesar de nuestros políticos. Gestores que buscan comparativa entre CC AA con flujos, estadísticas, gráficas, diagramas y visualizaciones de datos para demostrar que estamos por encima de la media en eficiencia. Esto no resuelve, no me resuelve, la tardanza para entrar en el sistema. Lo que importa es mejorar mi sistema público sanitario, mi área, mi zona básica y mi centro de salud, no si en Arguineguín el CHUIMINE asigna una estructura u organización buena o mala. Y para más hipnótica ilusión política, salen y dicen que estamos mejor valorados que muchos de los sistemas públicos, pero no se atreven a decir por qué hemos bajado el rango de satisfacción. Simplemente lo lanzan y se felicitan. ¡Eso sí es tener capa protectora como excusa!

Como profesional, mi trayectoria ha sido amplia en sectores y cometidos en el sistema y sé lo que escribo. He compartido con la actual Consejera trabajo, criterio y esperanza en mejorar la estructura y funcionamiento, pero el desdén con que se trata atención primaria y la demora en atención especializada no me imaginaba que en la actualidad presentase semejantes fallas.

Recientemente, la Consejera anuncia la vuelta de los consejos de salud Área y Zona- Ley 1/1992; normativa SESPA 7/2019 complementada con D. 36/2022- Su argumento, según sus palabras, "enterarse de primera mano de cuáles son las necesidades y problemas" ¡¡¡Pues lleva años gobernando el PSOE, como para desconocerlos!!! Pero está bien que reconozca que ni presidente, consejera, direcciones generales, subdirecciones, infinidad de asesores, diputadas/os, gerencias, direcciones asistenciales, direcciones en salud pública, jefaturas de servicio, jefaturas de sección, jefaturas de unidad, coordinaciones, supervisiones, mandos intermedios y cogobierno, Federación Socialista en Asturias, agrupaciones socialistas con sus secretarías de sanidad, no sean capaces de transmitir la problemática y cómo solucionarla. No obstante, siempre está la perogrullada de reducir áreas o la tomadura de pelo rebajando de 77 a 73 los cargos directivos.

Hacer mención, en sanidad, a la derecha política en Asturias es gastar "tinta". La izquierda plural y democrática está en destellos de felicidad en su Salmos 68:3 con el juguete presupuestario, así que dejémosles disfrutar.

Por último, me atrevo a sugerir al ciudadano que no vierta sus quejas en los desmotivados, cansados, sobrecargados y "ninguneados" v. gr. por la Administración. Las quejan deben circunscribirse a los centros de decisión política. De nada sirven concentraciones convocadas por 42 asociaciones por la defensa de la sanidad pública, que acudamos 200 personas con la esperanza de reencontrarse dentro de meses, o ser recibidos por los políticos con "muy buena impresión". Por cierto. En las concentraciones deberían excusarse todos los partidos políticos, con mayor razón los que siendo cogobierno acuden con el único objetivo de la consabida foto.