Vamos a darle una vuelta
Querido/a director/a,
Durante siete años trabajé en el sector inmobiliario y, aunque ya no formo parte de él, aprendí una verdad que nadie en el sector quiere reconocer en voz alta: muchas agencias no viven de ayudar a vendedores y compradores, sino de exprimirlos. El famoso "3% más IVA" que se cobra al comprador, sumado al 3%-6% que se cobra al vendedor, convierte una simple intermediación en una comisión que puede alcanzar el 10% del valor total de una vivienda; eso, más que un servicio, es un peaje.
El sector está lleno de profesionales honestos, pero también de tiburones que ven en la vulnerabilidad ajena una oportunidad de negocio en un bien de primera necesidad. Se llama "servicio" a colgar anuncios en portales, enseñar el piso a toda prisa y empujar a firmar cuanto antes, mientras se oculta que esos honorarios no son una ley divina, sino una decisión de la agencia, que busca en la desesperación de la gente el camino a inflar sus bolsillos.
"Vamos a darle una vuelta", me repetía un antiguo jefe... pero vamos a dársela de verdad. En un mercado donde los precios se han disparado, donde los jóvenes no pueden emanciparse y donde las familias viven ahogadas por las hipotecas, seguir permitiendo comisiones abusivas es una forma silenciosa de violencia económica. Vamos a darle una vuelta, sí, pero al modelo, porque cuando la vivienda se convierte en un botín y no en un derecho, el abuso se disfraza de intermediación.
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