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Por el lago sueco de Mälaren

7 de Marzo del 2011 - Ángel García Prieto (Oviedo)

El castillo de Gripsholm fue fundado en el siglo XIV por la dinastía sueca de los Vasa. De estilo renacentista y con posteriores añadidos barrocos, entre los que se encuentra un pequeño teatro, está rodeado por el lago Mälaren, en una península de la orilla meridional. Sus torreones redondos de cúpulas semiesféricas enmarcan la majestad del edificio en un entorno pacífico y sobriamente bello. Allí se recuerda al famoso novelista alemán Kurt Tucholsky (1890-1935) que enamorado de aquellos parajes escribió alguna de sus más notables narraciones («El castillo de Gripsholm. Una historia de verano», Editorial Trotta, 1994) ambientadas en el castillo.

En sus cercanías se conserva una pequeña línea de ferrocarril turístico, con estaciones y trenes de época, que constituye un curioso ejemplo del valor que los suecos dan a la conservación de su patrimonio y al recorrido histórico de su desarrollo social, en tantos aspectos ejemplar.

Separada por una lengua del lago está la pequeña villa de Mariefred, y no más lejos de unos pocos kilómetros, la de Strängnäs, de características muy similares, con casas unifamiliares de una o dos alturas, en madera, casi siempre de color rojo ladrillo –sólo en pocas ocasiones las hay verdes y amarillas–, con marcos blancos, rodeadas de un pequeño jardín. Se alinean en calles dirigidas a la orilla del lago, con una iglesia barroca, de alta torre coronada por una aguja negra de cobre. Tiene algunos palacios («slott») en los alrededores, museos, instalaciones deportivas, muelles para la infinidad de embarcaciones de recreo que surcan las aguas del lago. Y las famosas estelas vikingas («bildstenar»), que son grandes piedras planas con inscripciones rúnicas para celebrar victorias, recordar personajes o invocar a los dioses, que se encuentran diseminadas por los campos cercanos.

Sigtuna es otra pequeña ciudad, de unos 10.000 habitantes, que tiene muchas similitudes con las anteriores, pero goza de una mayor representatividad desde el punto de vista histórico y artístico. Fue fundada en el 980 por el rey Olaf Skötkonung, como primera capital del reino. De ambiente muy acogedor, tiene un Ayuntamiento, de madera, del siglo XVIII, pintoresco y bonito. También se pueden destacar la iglesia de Sankta Maria Klosterkyrkan y las ruinas del monasterio St. Olof y de St. Per, románico-góticos de los siglos XI y XII, rodeados por el ajardinado cementerio típico sueco.

Ángel García Prieto

Oviedo

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