El casco prusiano
Conocido es ese refrán manchego que dice: "Cuando un tonto coge una linde, la linde se acaba y el tonto sigue". Cómico, sí, aunque cargado de una filosofía de pueblo acendrada y casi enternecedora, vigente por cuanto persisten los tontos de capirote y España aparece ahora surcada de lindes, mojones y señales merced al Gobierno reformista y cuchufletero. Yo, que no me escapo de la necedad, acabo de gastar unos dineros en el libro de David Uclés, ese que algunos llevan un año predicando como el Evangelio y, en puridad, más tiene que ver con las "Coplas de Mingo Revulgo". Y como soy un bobo metódico me lo he leído de cabo a rabo, además, quedando empachado no de las maravillas literarias que buscaba sino de pifias, clichés, perifollos y aire solano de moralina trasnochada, de revanchismos sin cuento y bohemio con ínfulas de "grand auteur". Ignoro si las ínfulas de Uclés ya las traía puestas de casa o se las pusieron los de la rebotica de la izquierda, que andan pesquisando referentes intelectuales por los caminos. Afortunado él que lo llevan en palmitas y le hacen fotos en las que aparece con el libro en la cabeza, como un Gabo carpetovetónico. Otros, por desgracia, están obligados a ponerse el casco prusiano para presentar su obra. Y estoy pensando en el pobre Juan Soto Ivars que está sufriendo las iras de nuestro rojerío festivalero, que para algunas cosas muestra la piel tan fina como papel friable. De Ivars dice el gacetillero Ángel Antonio Herrera que mantiene vivo el pensamiento crítico y la calidad en el panorama periodístico y cultural. Siempre me fío de las palabras de Ángel Antonio Herrera y de su memoria prodigiosa, capaz de recordar a Isabella Rosellini en la película "Infierno de cobardes" (1973) y luego divulgarlo en un periódico de tirada nacional. Yo reconozco que la memoria no es mi punto fuerte pero de cascos prusianos me sé un huevo, que cada día tengo que ponerme uno para salir de casa. Es de cuero negro con remates metálicos y tiene un pincho en todo lo alto. Al pincho los boches lo llamaban "Pickel".
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