Redes sociales y desinformación
Las redes sociales se han consolidado como una herramienta poderosa en la sociedad actual. Han servido para acercar información, visibilizar problemas y conectar a personas de todo el mundo. No obstante, su impacto no siempre es positivo, especialmente cuando se trata de la veracidad de la información que se difunde.
Plataformas como TikTok están saturadas de personas que opinan sin el menor conocimiento, abordando temas complejos con una seguridad injustificada. Resulta especialmente preocupante la cantidad de individuos que se presentan falsamente como médicos, abogados o jueces, engañando a miles de usuarios que toman sus palabras como verdades absolutas.
Aún más grave es que muchas personas prefieran creer a un tiktoker sin formación antes que a un profesional debidamente titulado, con años de estudio y experiencia. Esta situación está debilitando el pensamiento crítico y fomentando una peligrosa normalización de la ignorancia, donde la viralidad pesa más que la verdad.
Las redes sociales pueden ser una herramienta útil si se utilizan con responsabilidad. Sin embargo, cuando la desinformación se impone y el conocimiento profesional es despreciado, el daño social es evidente. Es necesario recuperar el valor de la información veraz y del criterio fundamentado, antes de que las consecuencias sean irreversibles.
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