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Lía, Raquel y las hijas de Bernarda

15 de Marzo del 2011 - Juan Antonio Sáenz de Rodrigáñez Maldonado. (Luarca)

Labán el arameo tiene dos hijas, Raquel y Lía. Hermosa es la menor, Raquel; Lía, abnegada. Un joven fugitivo ha llegado a Padán Aram. El hombre apacible y lampiño ha enternecido a Lía y perdido en ensoñaciones a Raquel. El hijo de Isaac acampa en tierra del arameo; siete años de espera empolvan las pieles de la tienda; un manto ha tejido con suspiros de paciente amante.

Cumplido el plazo, el hijo amadísimo de Rebeca recibe a Lía. No, no es lo pactado. Siete días aún ha de aguardar por la más hermosa y esbelta. Cada una de estas noches Lía yace en el lecho donde otra es deseada; cada una de las noches, arrebatado de los pensamientos de Raquel, Jacob entra a Lía; tiernamente ama ella, con amor no correspondido. ¡Amarga ilusión, Lía!, los brazos que te reciben no es a ti a quien esperan.

A Raquel, la amada sobre las cosas todas, otra, en el lecho de su hombre, le suplanta; cada noche la duda reposa sobre su almohada; cada noche atormentada por la huella de unos labios que evocará la boca que ha besado. ¡Ay Raquel!, dos mujeres y un mismo hombre.

Dos son las hijas de Labán el arameo; dos mujeres que aman y sufren; y el mismo hombre, Jacob el fugitivo. Ilusión emborronada, Raquel; soledad monádica, Lía.

Dos hijas tiene Bernarda. Débil es Angustia; voluntad de vivir, Adela. Desde el lado de allá de la reja, Pepe el Romano habla a la mujer buena y modosa; en el lado de acá, ahonda a la joven de fuego en muslos y boca; a la de estrecha cintura debe recibir al pie del altar; entre sábanas desearía a la de ojos frescos. Dos mujeres y el mismo hombre.

Una red ha tejido la araña madre; en ella dos mujeres están presas; rescatada espera ser la mayor; no acata el encierro la menor. Pasos de una jaca que se aleja; resignación en Angustias; de la mano, Caronte y Adela.

Arañas en sueño, moscas muertas y un pedrisco de odio, en casa de Bernarda. Luto en la casa. Almas enlutadas por el calor de la pana; almas enlutadas en su encarnación. Dos son las hijas de Bernarda.

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