El entendimiento de Rajoy
El pasado sábado 12 de marzo, en el excelente marco de la Universidad Laboral de Gijón (rebautizada recientemente por un conocido ventrílocuo, con vocación empresarial, como La Zara de la Cultura), se celebró el primer acto serio de la precampaña del PP en Asturias, con la asistencia de su presidente nacional, señor Rajoy, y el objetivo básico de proceder al lanzamiento de la candidata al sillón del Principado, Sra. Pérez-Espinosa (esta vez sí que D. Mariano se había aprendido su nombre), candidatura propuesta e impulsada por D. Gabino (no el arzobispo emérito, sino el que va camino de serlo en la versión alcalde de Oviedo).
Amén de las consabidas promesas al uso, casi siempre evanescentes en el tiempo, sin ninguna sorpresa al respecto, hay algo que sí me llamó la atención y me hizo reflexionar, y fueron, precisamente, los motivos que el Sr. Rajoy arguyó para solicitar el voto de los asturianos: necesito un Gobierno con el que me pueda entender para cuando llegue a la Moncloa. Dejando a un lado lo de la Moncloa, que aún está por ver, aunque, basándonos en el conocido refrán de que en el país de los ciegos el tuerto es el rey, todo podría ser posible, ¿qué es lo que realmente quiere? Analizando la frase, y viendo la imagen que transmite Rajoy, que se corresponde más bien con la de un político cómodo y algo indolente, al que no le gusta gestionar situaciones que le provoquen conflictos, se puede sospechar, razonablemente, que lo que le interesa es precisamente tener comunidades gobernadas por su partido, eso sí, pero que no le creen problemas y le dejen las manos libres para moverse sin sobresaltos. Desde esta óptica, disponer de un presidente, o presidenta, en Asturias, que sea obediente y manejable y, sobre todo, no le incomode demasiado puede que sea lo que persigue.
Asturias, comunidad periférica y con poco peso específico en el concierto nacional, no necesita gobiernos débiles, dóciles y conciliadores, incapaces de defender nuestros legítimos derechos y aspiraciones, aunque se entiendan muy bien con el Gobierno central. Lo que Asturias necesita es hacer entender nuestros problemas más importantes, que no son pocos, y exigir, con la debida firmeza, que se acabe con las discriminaciones y se apliquen soluciones. La candidata que el PP ha cocinado para esta empresa no parece reunir, ni de lejos, el perfil adecuado para ello. No es que sea necesario ir a Madrid a dar coces, pero sí será conveniente, al menos, enseñar los cascos.
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