Quien no ha sufrido, no...
Recordatorio. Conócete a ti mismo.
Oráculo de Delfos
Este venidero verano se cumplirá el octavo aniversario de la muerte de una niña/mocita de 13 años, Laura Cañón Barreiro, en el Hospital Vall d’Hebrón, Barcelona:
«Como un pájaro libre,
de libre vuelo,
como un pájaro libre,
así te quiero»
(«Tus padres, abuelos, tíos, tíos políticos, primos y demás familia»)
Amables lectores, el arriba firmante no conocía a Laura. Mas al ver su esquela en nuestro periódico, simultáneamente comenzamos a quererla y seguimos queriéndola para siempre. Sus padres nos enviaron una foto de ella: «Recordadla así, tal como era». ¡Ay, preciosa, preciosa, preciosa eras y en tu estrella sigues siéndolo, Laura!
Amables lectores, es todo lo que hoy, ayer, a las 12.32 horas, exactamente, el corazón de La Tacita tenía necesidad de volver a traer a esta columnina. Quien no ha sufrido no sabe nada; no conoce ni el bien ni el mal. Despedida y cierre.
Érase una vez.
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